San Martín de Porres no escribió ningún libro, ni plegarias, ni sermones. Su vida fue la predicación y la acción compasiva. Inició una nueva expresión de la vida espiritual, radical, simple y santa, donde estuvo el don de la alegría espontánea y una capacidad para convertir el sufrimiento y la opresión de los pobres en un encuentro con Dios. Por esta razón se le conoce como el santo patrono de la justicia social.
A pesar de su manifiesta santidad debieron pasar más de tres siglos y medio para que el menesteroso mulato de Lima fuera elevado a los altares de la Iglesia católica.Este libro conlleva la siguiente reafirmación: todos los que tengan un corazón misericordioso por la opresión de la sociedad comenzarán a amar al santo mulato y a respetarlo después de enterarse de lo que fue en vida.