Quien vive sencillamente, vive plenamente. No esta determinado por el mundo, se pertenece a si mismo y a Dios. es decir, vive en armonía con su propio ser, con la creación y con el creador.
Anselm Grün invita a los lectores a liberarse de las preocupaciones y a entrar en armonía consigo mismo, con Dios y con el instante, pues ¿qué es la felicidad sino aquella tranquilidad permanente del corazón?