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SAN IGNACIO DE LOYOLA (óleo de Juan Sariñena, 1606), cierra el mes de julio, con la grandeza del enamorado de Jesús, cuya Compañía ha sido y es de capital importancia en la vida de la Iglesia. Mil años antes, San Benito iniciaba en Montecassino un camino que ha llevado al cielo a infinidad de santos seguidores de su regla, en las distintas órdenes monásticas. Benito es el padre del monacato occidental y es Patrono de Europa. Además de estos fundadores hay otros en el calendario de julio, como Camilo, Brígida de Suecia, Antonio M.a Zacearía, Pedro Poveda, Nazaria Ignacia, M.a Pilar Izquierdo, Ángel Riesco, etc. Yendo a los orígenes, este mes ofrece las figuras de los padres de María, Joaquín y Ana. Entre los apóstoles destaca SANTIAGO EL MAYOR, evangelizador y Patrono de España. Nos encontramos también con las figuras de otro apóstol, Tomás, cuya incredulidad tanto ha ayudado a los creyentes; de María Magdalena, con su pasión por el Maestro; con los tres hermanos de Betama amigos de Jesús, Marta, María y Lázaro. Entre los Padres de la Iglesia, San Pedro Crisólogo, y entre los doctores de la Iglesia, San Buenaventura y San Lorenzo de Brindis. Pero julio ha resultado ser el mes de los mártires. Y no sólo porque aparecen los primeros grupos de la persecución religiosa en España (1936) -carmelitas de Guadalajara, pasionistas de Daimiel, recoletos de Motril, etc.—, sino porque es el mes en el que más mártires de China (franciscanos) y de Vietnam (dominicos Valentín de Berriochoa, Ignacio Clemente Delgado, José M.a Díaz Sanjurjo, Melchor de Quirós) dieron su vida por Cristo; abundan los mártires de la persecución anglicana y de la Revolución Francesa: Carmelitas de Compiégne. Además de las Santas Justa y Rufina, y los Mártires de Gorcum. Julio es, popularmente, el mes de la Virgen del Carmen, para la gran familia carmelitana, para las gentes del mar, para tantas poblaciones, sobre todo costeras, que aclaman a Santa María del Monte Carmelo.
Peso | 0.675 kg |
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