Para orar hay que buscar un tiempo y un lugar donde se pueda tener la máxima tranquilidad en seguir y pedir a Dios ayuda para llevar adelante este momento de oración.
Después de un tiempo de práctica, cada uno podrá descubrir qué es lo que le ayuda a centrar la atención en Dios: para algunos es un canto, una oración vocal, un rato de acción de gracias, o la alabanza. Lo importante es descubrir que en la oración misma podemos hablarle al Señor con sencillez de quien habla con un amigo.