La figura de Jesucristo nos interroga siempre, ya que no se reduce al Jesús de la historia propio de los historiadores; también el Jesús imaginado por la fe, el Jesús «en exceso» y que sus seguidores denominan Cristo, pertenece a la historia. Pero ¿cómo puede hacerse comprensible la figura teológica de Jesús en una época dominada por los tópicos y las sospechas?
En este sentido, el reto de la cristología actual se inserta en el de toda la teología: hacer creíble a Dios de modo que no sea una divinidad sin más, sino Aquel en el que cada hombre escucha su propio rumor.
Al plantear una nueva mirada sobre la identidad narrativa de Jesús, que supera el dilema entre la identidad histórica y la dogmática, y abordar una lectura renovada de los relatos de la resurrección y de los títulos reconocidos a Jesús, la cristología tiene una nueva oportunidad para ofrecer hoy un discurso abierto sobre Dios y sobre el hombre.