La estructura parabólica de este templo, creada por el arquitecto Hernán Larraín Errázuriz, es una de las obras arquitectónicas más representativas de la ciudad.
De estilo moderno, de una sola nave, cuyo volumen se asemeja una bóveda, con dimensiones de 20 m de ancho, 52 m de largo, 20 m de alto y una sucesión de 11 arcos parabólicos separados por 5 m cada uno, permitiendo la iluminación interior. La intención del arquitecto es asemejar la unión de dos manos en oración.
El frontis posee un mural del artista chillanejo Alejandro Rubio Dalmati y en el interior cuenta con esculturas en madera de Peter Horn y Ferdinand Stufleser, artistas de origen europeo.
La cruz monumental campanario es de hormigón armado, de 36 m de altura; separada del templo, es erguida en memoria de las víctimas del terremoto del año 1939.