El Tiempo de Cuaresma tiene por finalidad preparar a los cristianos para la celebración de la fiesta máxima: la Resurrección de Jesús. Cuaresma es, pues, un camino hacia la Pascua.
En este período, la Iglesia invita a sus hijos a vivir este tiempo como un caminar hacia Jesucristo, a través de la escucha de la Palabra de Dios, la conversión, la oración, el desprendimiento para compartir, las obras buenas.
La Cuaresma comprende cinco semanas a partir del Miércoles de Ceniza. En este día, la Iglesia impone las cenizas con una cruz en la frente y el sacerdote anuncia: “Conviértete y cree en el Evangelio”. Estos cuarenta días sirven para recordar los días que Jesús pasó en el desierto orando y sin comer, para prepararse antes de salir a cumplir con su misión. Por esta razón, los cristianos nos esforzamos, con la ayuda del Señor, para recuperar el ritmo y el estilo de verdaderos creyentes conscientes de la vocación que hemos recibido por el bautismo.
En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la cruz de Jesús, y nos ejercitamos también en tomar nuestra propia cruz e ir detrás de él, seguros de que por este camino iremos a la gloria de la Resurrección con Jesús.
Los invitamos a vivir este tiempo de Cuaresma junto a SAN PABLO donde, tal como dice el papa Francisco en su mensaje, los invitamos a reconocer el valor del otro, abriendo el corazón a los demás.