Cuando mama o papa mueren, los niños sufren profundamente, pero podemos demostrarles que los queremos y que nos preocupamos por ellos animándoles a que compartan con nosotros sus sentimientos de dolor y de duelo. Podemos darles el tiempo y el espacio que necesitan para acostumbrarse y escuchar – si no responde – a sus presuntas. Podemos hacerles saber que pueden sobreponerse y llevar una vida feliz y llena de fe, esperanza y amor; el tipo de vida que su mama o su papa quieren para ellos. Podemos escuchar su dolor y responderles queriéndoles y apoyándoles. Los consejos de este libro pueden ayudar a los niños estén sufriendo.