En el Video del Papa del mes de marzo, el Papa Francisco aborda los nuevos retos que la bioética plantea al mundo de hoy y hace un llamado para que, frente a estos, se “promueva siempre la defensa de la vida a través de la oración y de la acción social”. El video se ha realizado con la colaboración de la Pontificia Academia para la Vida.
Nadie puede negar el progreso que la bioética ha demostrado en las últimas décadas. Esta disciplina, relativamente nueva, se dedica entre otras cosas a orientar y reflexionar sobre situaciones problemáticas que abarcan aristas económicas, sociales, ecológicas, éticas, biomédicas o biotecnológicas. En la intención de oración de marzo, el Santo Padre anima a no frenar el progreso que implica la bioética ni a “escondernos” de sus campos de acción y de investigación.
Los riesgos para los cristianos, que el Papa Francisco subraya en este video, son esencialmente dos. El primero es ver al progreso tecnológico como un enemigo y, por tanto, oponerse a él en todos los sentidos e intentar “frenarlo”. El segundo riesgo es sufrir pasivamente, haciendo como si nada ocurriera y llegando a «esconder la cabeza como el avestruz» cuando se pone en duda el “respeto a la dignidad humana». Sólo hay una solución: «un discernimiento aún más profundo, aún más sutil», para acompañar al progreso tecnológico en su camino al servicio del hombre.
Este abordaje supone una apuesta recurrente del Papa a evitar la cultura del descarte, como el ejemplo de los embriones congelados que se desestiman como “material desechable”. Y también supone no supeditar los estudios y aplicaciones bioéticos a las “ganancias económicas”, ya que “no podemos pagar el precio de la dignidad humana por el progreso”.
Por este motivo, Francisco pide a los cristianos que «promuevan la defensa de la vida»: a través de la oración, pero también a través de la «acción social». Los cristianos, en efecto, tienen la tarea de participar en el debate público haciendo oír su voz: con un lenguaje adecuado y con argumentos comprensibles en el contexto social actual -como ha recordado recientemente el Santo Padre en la Pontificia Academia para la Vida-, pero sin diluir los contenidos y reiterando siempre la necesidad del desarrollo humano integral.
Recemos para que los cristianos, ante los nuevos desafíos de la bioética, promuevan siempre la defensa de la vida a través de la oración y de la acción social.
Papa Francisco – Marzo 2022
Recemos para que podamos dar una respuesta cristiana a los retos de la bioética.
Evidentemente que la ciencia ha progresado y hoy día la bioética nos presenta una serie de problemas a los cuales tenemos que responder, no esconder la cabeza como el avestruz.
Las aplicaciones biotecnológicas deben usarse siempre basándose en el respeto de la dignidad humana.
Por ejemplo, no se puede tratar a los embriones humanos como material desechable, de descarte. En esta cultura del descarte también entran ellos, no, no se puede, extendiendo así esa cultura que hace tanto daño.
O dejar que las ganancias económicas condicionen la investigación biomédica.
Tenemos que comprender los cambios profundos con que se está produciendo con un discernimiento aún más profundo, aún más sutil.
No se trata de frenar el progreso tecnológico. No, hay que acompañarlo. Se trata de proteger tanto la dignidad humana como el progreso. Es decir, no podemos pagar el precio de la dignidad humana por el progreso, no. Ambos van juntos y armónicamente juntos.
Ante los nuevos desafíos que presenta la bioética, recemos para que los cristianos, mediante su oración y su acción social, promuevan la defensa de la vida.