El Papa Francisco, en una audiencia el 12 de diciembre, dijo: «Habitualmente se asocia a la discapacidad la idea de necesidad, de asistencia y a veces -gracias a Dios cada vez menos- de un cierto pietismo. No, el Papa no te mira así; la Iglesia no te mira así. El punto de vista de los cristianos sobre la discapacidad ya no es ni debe ser el pietismo y el mero asistencialismo, sino la conciencia de que la fragilidad, asumida con responsabilidad y solidaridad, es un recurso para todo el cuerpo social y para la comunidad eclesial».
En el segundo vídeo de la serie #TheChurchIsOurHome, que se publica hoy, los participantes en la sesión especial de escucha del sínodo explican cómo la pertenencia a la comunidad eclesial y el encuentro con el Evangelio liberan energías inesperadas.
Para Enrique Alarcón García, que se desplaza en silla de ruedas, las palabras de Jesús a un paralítico: «¡Levántate y anda!». – son un estímulo para no dejarse enjaular por la propia condición y asumir la responsabilidad de anunciar el Evangelio y «transformar la realidad para que avance hacia el Reino de Dios».
El camino sinodal, con su dinámica inclusiva, se abre a la plena participación de las personas con discapacidad en la vida de la Iglesia y les permite comprender y vivir plenamente su vocación particular.