Es un cántico de acción de gracias a Dios que se realiza en los momentos más importantes de la vida de la Iglesia y de un país. La celebración del Te Deum tiene sus orígenes en el siglo IV y es un Canto de gratitud y de profesión de fe. Las palabras Te Deum significan “A ti, oh Dios”, y en nuestro país en esta ceremonia la Iglesia agradece y pide a Dios por la patria, en presencia de las más altas autoridades del Estado.
LA CRUZ DE LA PRIMERA JUNTA DE GOBIERNO
La misma cruz que presidió la constitución de la Primera Junta Nacional de Gobierno, el 18 de septiembre de 1810, se ubicará en un lugar privilegiado en la celebración del Te Deum interreligioso de este 18 de septiembre, en la Catedral Metropolitana.
La cruz se coloca en un costado del Presbiterio (Altar) del principal templo católico del país. Se trata de una imagen de madera policromada del siglo XVIII, que perteneció al Cabildo de Santiago. Se le conoce como “la Cruz del Cabildo” o el “Cristo del Juramento de la Primera Junta de Gobierno”. Cabe recordar que el vicepresidente de aquella primera junta fue el Obispo de Santiago, monseñor José Antonio Martínez de Aldunate, quien junto a Mateo de Toro y Zambrano, presidente de la asamblea, encabezó la institución que dio inicio al proceso de la Independencia en Chile.
Por ello la imagen, que fue testigo del momento trascendental del inicio de la historia de la nación, desde entonces acompaña la celebración de la principal ceremonia de acción de gracias en cada aniversario patrio.
La histórica reliquia religiosa del país permanece durante el resto del año en el Santuario Nacional de Maipú.
Así es como desde los albores de su vida independiente se ha celebrado en Chile una ceremonia religiosa con ocasión de las fechas patrias.
ÚNICA CEREMONIA PATRIA CON MÁS DE 200 AÑOS DE HISTORIA
En 1811, José Miguel Carrera solicitó a la autoridad eclesiástica de la capital que celebrara una Acción de Gracias para conmemorar el primer aniversario de la Junta Nacional de Gobierno. Solicitud que reiteró en 1812, según consta en una histórica carta cuya reproducción se conserva actualmente en la oficina del Arzobispo de Santiago.
Luego, cuando se luchaba por confirmar la independencia de Chile en los campos de batalla, se ofreció a Dios un Te Deum para el caso que esa independencia se produjera. Así pues, desde 1818 se celebra el Te Deum cada 18 de septiembre.
En sus primeros años el Te Deum se celebraba al final de la Misa. Solo a partir de 1870, y a petición del entonces Ministro de Culto, Miguel Luis Amunátegui, se comenzó a celebrar sin Eucaristía. En 1925, año en que se separó constitucionalmente la Iglesia del Estado, y el mismo 18 septiembre en que entraba en vigor el nuevo texto constitucional, el Te Deum fue celebrado de la misma manera que lo había sido con anterioridad, en presencia de las máximas autoridades del país. Los obispos entonces dijeron que si bien la Iglesia podía separarse del Estado, eso no implicaría que pudiera separarse nunca del pueblo de Chile… Y es que el Te Deum simboliza, más allá de las disposiciones institucionales, el profundo sentimiento religioso del pueblo de Chile y el compromiso de las distintas confesiones religiosas con el bienestar de la Patria.
UNA CELEBRACIÓN INTERRELIGIOSA
En 1971 el entonces Arzobispo de Santiago, el Cardenal Raúl Silva Henríquez, invitó a obispos y pastores de otras iglesias cristianas a participar con sus oraciones en esta ceremonia, accediendo así a una solicitud del entonces Presidente de la República, el Dr. Salvador Allende, que curiosamente era agnóstico. “Tedeum ecuménico que yo solicité, y lo hice porque he sido educado en el respeto a todas las creencias, y lo hice, porque sé que la mayoría del pueblo chileno es católico y yo tengo la obligación de respetar su fuero íntimo. Ha sido la demostración más clara del respeto a todas las creencias y fundamentalmente, el respeto de un hombre que no profesando una fe, como yo, tiene por el derecho y la fe de los demás”, señaló el Presidente en ese entonces.
Por esta razón, el Te Deum cuenta desde entonces con la participación de representantes de las iglesias Ortodoxa, Luterana, Anglicana, Metodista y Evangélica, entre otras. El carácter ecuménico se ha ampliado al de una celebración interreligiosa, ya que también adhieren representantes de las comunidades judía y musulmana.
La tradición del Te Deum se ha mantenido ininterrumpida, incluso en medio de difíciles crisis históricas. Solo en 1973, la denominación “Acción de Gracias” cambió por el de “Oración por la Patria”, ya que se efectuó una semana después del quiebre institucional, y en esa oportunidad el Cardenal Silva Henríquez oró de manera particular por todos los fallecidos y el porvenir del país. Dicha liturgia se realizó en el templo de la Gratitud Nacional.
En 2017 celebraremos el 207° Te Deum en la Catedral Metropolitana de Santiago, y con ello se continúa con una de las grandes tradiciones de la República, la única que data desde el inicio mismo de la historia patria, y que cuenta con la presencia de las máximas autoridades del país encabezadas por la Presidenta de la República, Michelle Bachelet.