Para la Iglesia católica, Semana Santa es el tiempo litúrgico más importante del año. “En él se contempla el misterio de la redención de Cristo quien, por su infinita misericordia, decide libremente tomar nuestro lugar y recibir el castigo merecido por nuestros pecados”. Así lo expresa el presbítero Luis Mauricio Albornoz, decano de la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas de la Universidad Católica del Maule.
Albornoz reflexiona, además, sobre cómo será vivir este Triduo Pascual “confinados en nuestros hogares”. En su opinión, el contexto sanitario que enfrentamos, a raíz del COVID-19, “si bien nos trae una serie de desastres, también nos trae oportunidades. Y esas oportunidades son las que nos permiten, desde la perspectiva de la fe y de la esperanza cristiana, abrirnos a una impronta nueva en la que sintetizamos la celebración de la resurrección de Jesús”.
¿Qué hacer para acompañar a Jesús?
De acuerdo al decano Albornoz, “lo primero que debemos hacer es preguntarnos cómo este contexto nos interpela en nuestra vida personal, en los planes y proyectos que tenemos, en lo que vamos haciendo en la cotidianidad (…) Reflexionar con nuestra familia y vivir los acontecimientos pascuales con ella”, sostuvo.
Lo segundo que debemos hacer, según el religioso, “es leer la palabra de Dios en familia, conversarla, comentarla, darle una perspectiva nueva. En esta línea, recuerda que los textos bíblicos, especialmente los de esta semana, “se pueden buscar en la web con mucha facilidad”, indicó.
Finalmente, el presbítero aconsejó “marcar nuestros hogares en la celebración de la resurrección de Jesús con el signo de la luz”. En concreto, “poner una vela o un cirio en el pórtico de nuestro hogar la noche del Sábado Santo (…) La luz que es signo de la resurrección de Jesús, un signo para materializar que nuestra casa quiere acoger la resurrección del Mesías”.
Albornoz resaltó que estar confinados en nuestros hogares no debe empañar la celebración litúrgica de Semana Santa. Al contrario, invita a “tomar esta condición sanitaria que nos preocupa y convertirla en una oportunidad que nos permita, en familia, acompañar al Señor en su pasión, muerte y resurrección”, dijo.