Santos Joaquín y Ana, padres de la Virgen María (MO). Blanco.
Leccionario Santoral: Ecli 44, 1. 9-15; Sal 131, 11. 13-14. 17-18; Mt 13, 16-17.
Reseña: Ana, oriunda de Belén, y Joaquín, de Nazaret, fueron los padres de la Virgen María. Sus nombres no se encuentran en la Biblia. Sus datos llegan por tradición y por un evangelio “apócrifo” (no reconocidos por la Iglesia). Es así que recién en el año 1481, el papa Sixto IV introduce sus nombres en el santoral romano. Los capuchinos y las carmelitas son los principales promotores de su culto. Santa Ana es patrona de los niños y se la invoca para tener un buen parto. San Joaquín es patrono de las parejas y de los comerciantes de tejido.
Lectura Jer 14, 17-22
Lectura del libro de Jeremías.
Que mis ojos se deshagan en lágrimas, día y noche, sin cesar, porque la virgen hija de mi pueblo ha sufrido un gran quebranto, una llaga incurable. Si salgo al campo abierto, veo las víctimas de la espada; si entro en la ciudad, veo los sufrimientos del hambre. Sí, hasta el profeta y el sacerdote recorren el país y no logran comprender. ¿Has rechazado del todo a Judá? ¿Estás disgustado con Sión? ¿Por qué nos has herido sin remedio? Se esperaba la paz, ¡y no hay nada bueno…! el tiempo de la curación, ¡y sobrevino el espanto! Reconocemos, Señor, nuestra maldad, la iniquidad de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. A causa de tu Nombre, no desprecies, no envilezcas el trono de tu Gloria: ¡acuérdate, no rompas tu Alianza con nosotros! Entre los ídolos de las naciones, ¿hay alguien que haga llover? ¿Es el cielo el que envía los chaparrones? ¿No eres Tú, Señor, nuestro Dios? Nosotros esperamos en ti, porque eres Tú el que has hecho todo esto. Palabra de Dios.
Comentario: Jeremías no comprende cuanto estaba pasando, por el contrario, sucede lo que no deseaba. En su angustia, suplica a Dios: “no rompas tu Alianza”. Un texto para los momentos de confusión. Un estímulo para recuperar la memoria y escuchar a Dios y el espíritu de fe perdido.
SALMO Sal 78, 8-9. 11. 13
R. ¡Por el honor de tu Nombre, líbranos Señor!
No recuerdes para nuestro mal las culpas de otros tiempos; compadécete pronto de nosotros, porque estamos totalmente abatidos. R.
Ayúdanos, Dios salvador nuestro, por el honor de tu Nombre; líbranos y perdona nuestros pecados, a causa de tu Nombre. R.
Llegue hasta tu presencia el lamento de los cautivos, preserva con tu brazo poderoso a los que están condenados a muerte. R.
Y nosotros, que somos tu pueblo y las ovejas de tu rebaño, te daremos gracias para siempre, y cantaremos tus alabanzas por todas las generaciones. R.
ALELUIA
Aleluia. La semilla es la Palabra de Dios, el sembrador es Cristo; el que lo encuentra permanece para siempre. Aleluia.
EVANGELIO Mt 13, 36-43
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo». Él les respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles. Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dienTes Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!» Palabra del Señor.
Comentario: La explicación de las parábolas centra su atención al momento en que Dios hará justicia. Vemos que la tensión entre el bien y el mal no será resuelta, totalmente, en esta vida, a pesar de nuestros esfuerzos. Solo al final, Dios diferenciará quienes estuvieron de una o de otra parte. ¿Dónde estamos?