Santa Rosa de Lima, virgen. Patrona de América Latina (F). Blanco.
Reseña
Es la primera santa del continente americano. Nace en lima (perú) el 20 de abril del año 1586. Su padre gaspar flores y su madre maría de oliva la bautizan con el nombre de isabel. Pero su niñera, la india mariana, impresionada por su belleza, exclama: “¡eres bella, eres rosa!”. Y se queda con el nombre de rosa. Su rica familia sufre un revés financiero y sobreviene la pobreza. Rosa apoya con su trabajo. Desea consagrarse, pero comprende que el señor quiere que permanezca con su familia, llevando su amor a dios y a los semejantes como laica. Toma por modelo a santa catalina de siena y se inscribe, como ella, en la tercera orden dominicana. Manda construir una casita estrecha y baja para orar y contemplar a solas. Desde allí presencia misas que se celebran en varias iglesias de la ciudad. Prepara la mejor sala de su casa señorial para acoger a enfermos desahuciados de los hospitales, los atiende y jesús niño, cuya estatua sigue hoy en dicha sala, se los cura milagrosamente. Comparte los sufrimientos de los indígenas marginados y maltratados. Es contemporánea y vecina de san martín de porres. Fallece el 24 de agosto de 1617 a los 31 años. Sus últimas palabras fueron: “este es el día de mis bodas eternas”.
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: El que se gloría, que se gloríe en el Señor. Porque el que vale no es el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien Dios recomienda. ¡Ojalá quieran tolerar un poco de locura de mi parte! De hecho, ya me toleran. Yo estoy celoso de ustedes con el celo de Dios, porque los he unido al único Esposo, Cristo, para presentarlos a Él como una virgen pura.
Palabra de Dios.
Comentario: Pablo está litigando con los que se consideran “súper-apóstoles”, que se creen mejores que los demás. Pero el Apóstol tiene claro que quien fue llamado por Dios sólo se gloría en el Señor. El celo de Pablo es el celo de Dios, no el de un mezquino, de un ególatra o de un avaro. ¿Por qué y por quién tenemos celo? ¿Es sano o es enfermizo?
R. ¡Alaben el Nombre del Señor, los jóvenes y las vírgenes!
Alaben al Señor desde el cielo, alábenlo en las alturas; alábenlo, todos sus ángeles, alábenlo, todos sus ejércitos. R.
Los reyes de la tierra y todas las naciones, los príncipes y los gobernantes de la tierra; los ancianos, los jóvenes y los niños, alaben el Nombre del Señor. R.
Alaben el Nombre del Señor. Porque sólo su Nombre es sublime; su majestad está sobre el cielo y la tierra, y Él exalta la fuerza de su pueblo. R.
¡A Él, la alabanza de todos sus fieles, y de Israel, el pueblo de sus amigos! R.
ALELUYA Jn 15, 9. 5
Aleluya. Dice el Señor: “Permanezcan en mi amor; el que permanece en mí, y Yo en él, da mucho fruto”, dice el Señor. Aleluya.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas y, al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró”.
Palabra del Señor.
Comentario: Los santos vivieron en forma concreta estas dos parábolas. Un día se encontraron con la Buena Noticia, acogieron la Palabra de Dios y apostaron poner toda su confianza en Dios Padre, fuente de toda alegría. ¿Dónde está nuestro tesoro?