Santa María, Madre de Dios (S). Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio de la Virgen María.
Año Nuevo. Jornada mundial de la paz.
Una liturgia en el Cielo y en la Tierra
El evangelio narra el nacimiento de Jesús con una liturgia celestial en la que intervienen una estrella, el coro de los ángeles y los pastores, representantes de los hombres de buena voluntad, los únicos que van inmediatamente a adorar a un recién nacido. Una liturgia del cielo en armonía con la liturgia de los pobres que reciben la buena noticia y se alegran con la familia del bebé.
Después de constatar el nacimiento, van a comunicar a Belén la buena noticia. Son los primeros misioneros del Niño Dios. Es como el preanuncio de la Iglesia de los pobres que reconoce, anuncia, celebra y glorifica a Dios revelado en la debilidad de un Niño.
Se perfila también la dinámica que tendrá la evangelización: quien es evangelizado se convierte en evangelizador porque es feliz. Solo quienes viven a fondo su fe en el Señor salvador lo pueden anunciar. Cuando el evangelio nos cambia la vida, podemos dar ese paso de fe y de riesgo que es anunciarlo.
La Palabra de Dios, como un tesoro, debe también custodiarse y defenderse en el corazón. No necesita armas, soldados, privilegios… Solamente corazones como el de María, que la custodien, como ella, para que crezca. También para ella, la fe significó un camino no siempre fácil ni llano. Vivió momentos de mucha oscuridad y dolor mezclados a otros de alegría y esperanza. Sufrió con la seguridad de que solo al final se alcanza la luz plena que no tiene fin.
Iniciamos un nuevo año, que festejamos con la Palabra de Dios que llega a nuestro corazón, y el cariño de los familiares y los amigos. Pensemos que son como los ángeles que nos invitan a dar un paso de fe en esta vida. Así también hoy, podremos celebrar con alegría una liturgia entre el Cielo y la Tierra.
¡Feliz Año Nuevo!
¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él! (Lc 2, 14).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Hoy, continuando con el festejo del nacimiento de Jesús, la Iglesia celebra la maternidad de María. Dios eligió una madre para hacerse hombre y compartir nuestra historia. Esta liturgia resalta la participación de la Virgen en la obra de la redención y reafirma la humanidad de Jesús.
PRIMERA LECTURA Núm 6, 22-27
Guía: Dios siempre quiere bendecirnos. Pero para ello debemos invocar su nombre.
Lectura del libro de los Números.
El Señor dijo a Moisés: “Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes les dirán: ‘Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz’. Que ellos invoquen mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré”. Palabra de Dios.
SALMO Sal 66, 2-3. 5-6. 8
R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.
El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria, entre las naciones. R.
Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra. El Señor tenga piedad y nos bendiga. R.
¡Que los pueblos te den gracias, Señor; que todos los pueblos te den gracias! Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. R.
SEGUNDA LECTURA Gál 4, 4-7
Guía: San Pablo reafirma la humanidad de Jesús: nació de una mujer y se ajustó a la Ley.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia.
Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley, para redimir a los que estaban sometidos a la ley y hacernos hijos adoptivos. Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abbá!, es decir: ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios. Palabra de Dios.
ALELUIA Heb 1, 1-2
Aleluia. Después de haber hablado a nuestros padres por medio de los profetas, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo. Aleluia.
EVANGELIO Lc 2, 16-21
Guía: El evangelio muestra a María y José cumpliendo las prescripciones legales de su pueblo.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Los pastores fueron rápidamente adonde les había dicho el Ángel del Señor, y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en un pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban, quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido. Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Cristo, muerto y resucitado para nuestra salvación, es nuestra gran ofrenda al Padre. Unidos a él presentemos al Señor los gozos y las fatigas de todo este año que se inicia.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Jesús, el hijo de María, viene a nosotros en la eucaristía a darnos fuerza para recorrer el camino de este año que se inicia. Con alegría, vayamos a recibir el Pan de Vida.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: La eucaristía ha terminado, alimentados ya con su Cuerpo y Sangre podemos ir a anunciar con alegría al Señor de la Vida.