Santa Inés, v., y mr. (MO). Rojo.
Leccionario Santoral: 1Cor 1, 26-31; Sal 22, 1-6; Mt 13, 44-46.
Reseña
Santa Inés vivió a comienzos del siglo IV, en tiempos del emperador Diocleciano. Según la Tradición Inés fue decapitada a los doce años, ya que se negó a ofrecer sacrificios a la diosa Vesta. Su nombre en latín, Agnes, es muy similar a la palabra cordero (agnus), por eso se la representa con un corderito en los brazos.
LECTURA 1Sam 16, 1-13
Lectura del primer libro de Samuel.
El Señor dijo a Samuel: “¿Hasta cuándo vas a estar lamentándote por Saúl, si Yo lo he rechazado para que no reine más sobre Israel? ¡Llena tu frasco de aceite y parte! Yo te envío a Jesé, el de Belén, porque he visto entre sus hijos al que quiero como rey”. Samuel respondió: “¿Cómo voy a ir? Si se entera Saúl, me matará”. Pero el Señor replicó: “Llevarás contigo una ternera y dirás: ‘Vengo a ofrecer un sacrificio al Señor’. Invitarás a Jesé al sacrificio, y Yo te indicaré lo que debes hacer: tú me ungirás al que Yo te diga”. Samuel hizo lo que el Señor le había dicho. Cuando llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a su encuentro muy atemorizados, y le dijeron: “¿Vienes en son de paz, vidente?”. “Sí”, respondió él; “vengo a ofrecer un sacrificio al Señor. Purifíquense y vengan conmigo al sacrificio”. Luego purificó a Jesé y a sus hijos y los invitó al sacrificio. Cuando ellos se presentaron, Samuel vio a Eliab y pensó: “Seguro que el Señor tiene ante Él a su ungido”. Pero el Señor dijo a Samuel: “No te fijes en su aspecto ni en lo elevado de su estatura, porque Yo lo he descartado. Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el corazón”. Jesé llamó a Abinadab y lo hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: “Tampoco a éste ha elegido el Señor”. Luego hizo pasar a Sammá; pero Samuel dijo: “Tampoco a éste ha elegido el Señor”. Así Jesé hizo pasar ante Samuel a siete de sus hijos, pero Samuel dijo a Jesé: “El Señor no ha elegido a ninguno de éstos”. Entonces Samuel preguntó a Jesé: “¿Están aquí todos los muchachos?”. Él respondió: “Queda todavía el más joven, que ahora está apacentando el rebaño”. Samuel dijo a Jesé: “Manda a buscarlo, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que llegue aquí. Jesé lo hizo venir: era de tez clara, de hermosos ojos y buena presencia. Entonces el Señor dijo a Samuel: “Levántate y úngelo, porque es éste”. Samuel tomó el frasco de óleo y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y desde aquel día, el espíritu del Señor descendió sobre David. Samuel, por su parte, partió y se fue a Ramá.
Palabra de Dios.
Comentario: Ante la destitución de Saúl, Samuel encuentra a David y le comunica que será el nuevo rey. En su plan de salvación, Dios saca nuevamente del anonimato (Jer 1, 5) a uno de sus hijos para una misión especial. Proviniendo de Belén (hasta entonces una ciudad desconocida), además David era el más pequeño en su familia, sin embargo, Dios lo elige y lo capacita para conducir a Israel.
SALMO Sal 88, 20-22. 27-28
R. Encontré a David, mi servidor.
Tú hablaste una vez en una visión y dijiste a tus amigos: “Impuse la corona a un valiente, exalté a un guerrero del pueblo. R.
Encontré a David, mi servidor, y lo ungí con el óleo sagrado, para que mi mano esté siempre con él y mi brazo lo haga poderoso. R.
Él me dirá: ‘Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora’. Yo lo constituiré mi primogénito, el más alto de los reyes de la tierra”. R.
ALELUIA Cfr. Ef 1, 17-18
Aleluia. El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestros corazones, para que podamos valorar la esperanza a la que hemos sido llamados. Aleluia.
EVANGELIO Mc 2, 23-28
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar. Entonces los fariseos le dijeron: “¡Mira! ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?”. Él les respondió: “¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros se vieron obligados por el hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?”. Y agregó: “El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado”.
Palabra del Señor.
Comentario: Jesús sigue derrumbando los muros que no permiten la vivencia de una fe auténtica. La Ley del sábado había sido promulgada para favorecer el descanso y el culto a Dios; por tanto, su cumplimiento nunca puede convertirse en un obstáculo para cubrir las necesidades básicas de las personas, como la de comer. ¿Conocemos el sentido o sólo el enunciado de los preceptos?