San Pío de Pietrelcina, r. (MO). Blanco.
Leccionario Santoral: Gn 12, 1-4 (o bien: 1Cor 12, 31?13, 13); Sal 33, 2-11; Mt 19, 27-29.
Reseña
Francisco nace en Pietrelcina (Italia) en el año 1887, en una familia profundamente mariana. Al profesar como religioso capuchino toma el nombre de fray Pío. En el año 1910 es ordenado sacerdote con anhelos de ser misionero, pero su salud se deteriora, hasta experimentar que la Virgen lo sana (1911). En el año 1916, comienza a florecer su recordada actividad con milagros y confesiones. El 22 de septiembre del año 1918 recibe los estigmas (llagas) de Jesucristo. Fallece el 23 de septiembre del año 1968, luego de fundar el “Grupo de Oración” que integran más de 200.000 personas en el mundo. Fue canonizado en el año 2002.
LECTURA Prov 21, 1-6. 10-13
Lectura del libro de los Proverbios.
El corazón del rey es una corriente de agua en manos del Señor: Él lo dirige hacia donde quiere. Al hombre le parece que todo su camino es recto, pero el Señor pesa los corazones. Practicar la justicia y el derecho agrada al Señor más que los sacrificios. Los ojos altaneros, el corazón arrogante, la luz de los malvados: todo eso es pecado. Los proyectos del hombre laborioso son pura ganancia, el que se precipita acaba en la indigencia. Tesoros adquiridos con engaños son ilusión fugaz de los que buscan la muerte. El alma del malvado desea el mal, él no se apiada de su prójimo. El simple se hace sabio cuando se castiga al insolente, y asimila la ciencia cuando se instruye al sabio. El justo observa la casa del malvado y precipita en la desgracia a los malos. El que cierra los oídos al clamor del débil llamará y no se le responderá. Palabra de Dios.
Comentario: El libro de los Proverbios nos presenta una serie de moralejas llenas de contenido que ayudan a distinguir aquellas personas que actúan como Dios nos pide y las otras, que actúan como si Dios no existiera. Este itinerario de cómo comportarnos es una invitación a examinarnos en qué situación nos encontramos.
SALMO Sal 118, 1. 27. 30. 34-35. 44
R. ¡Condúceme por la senda de tus mandamientos, Señor!
Felices los que van por un camino intachable, los que siguen la ley del Señor. Instrúyeme en el camino de tus leyes, y yo meditaré tus maravillas. R.
Elegí el camino de la verdad, puse tus decretos delante de mí. Instrúyeme, para que observe tu ley y la cumpla de todo corazón. R.
Condúceme por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo puesta mi alegría. Yo cumpliré fielmente tu ley: lo haré siempre, eternamente. R.
ALELUIA Lc 11, 28
Aleluia. Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la practican. Aleluia.
EVANGELIO Lc 8, 19-21
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
La madre y los hermanos de Jesús fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte». Pero Él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican». Palabra del Señor.
Comentario: Preocupado por cuanto el Padre le había encomendado, Jesús habría descuidado a su madre y familiares. Por ello, María y otros de su sangre (“hermanos”) pasan a verlo. Es la oportunidad para que Jesús explique el nuevo tipo de fraternidad que se establece con él, cuando lo escuchamos y seguimos.