San Josafat, o. y mr. (MO). Rojo.
Leccionaro Santoral: Ef 4, 1-7. 11-13; Sal 1, 1-4. 6; Jn 17, 1. 20-26.
Prefacio de mártir.
Reseña: Nace en Vladimir (Ucrania), hacia el año 1580, de padres ortodoxos. Habiendo abrazado la fe católica, ingresa a la Orden de San Basilio, en el monasterio de la Santísima Trinidad de Vilna. Promovido al sacerdocio y elegido obispo de Polock (entonces Polonia, hoy Bielorusia), vive las tensiones entre las iglesias de Oriente y Occidente. Trabaja intensamente por la unidad de la Iglesia. Condenado a muerte por sus enemigos, es martirizado en el año 1623. En 1867 el papa Pío IX lo proclama santo. Sus restos descansan en la Basílica de San Pedro (Roma).
LECTURA 3Jn 5-8
Lectura de la tercera carta de san Juan.
Querido hermano: Tú obras fielmente, al ponerte al servicio de tus hermanos, incluso de los que están de paso, y ellos dieron testimonio de tu amor delante de la Iglesia. Harás bien en ayudarlos para que puedan proseguir su viaje de una manera digna de Dios, porque ellos se pusieron en camino para servir a Cristo, sin aceptar nada de los paganos. Por eso debemos acogerlos, a fin de colaborar con ellos en favor de la verdad.
Palabra de Dios.
Comentario: Este párrafo nos remite a aquellas palabras de Jesús: “El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió” (Mt 10, 40). La comunidad que, con fe, acoge a los misioneros recibe a Cristo mismo y, por ellos, puede conocer a Dios Padre.
SALMO Sal 111, 1-6
R. ¡Feliz el que teme al Señor!
Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos. Su descendencia será fuerte en la tierra: la posteridad de los justos es
bendecida. R.
En su casa habrá abundancia y riqueza, su generosidad permanecerá para siempre. Para los buenos brilla una luz en las tinieblas: es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo. R.
Dichoso el que se compadece y da prestado, y administra sus negocios con rectitud. El justo no vacilará jamás, su recuerdo permanecerá para siempre. R.
ALELUIA Cfr. 2Tes 2, 14
Aleluia. Dios nos llamó, por medio del Evangelio, para que poseamos la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Aleluia.
EVANGELIO Lc 18, 1-8
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: “En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: ‘Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario’. Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: ‘Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme’”. Y el Señor dijo: “Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?”. Palabra del Señor.
Comentario: Quien es conducido por la fe en Dios, aplica mejor la justicia y la compasión con los demás. Percibiendo el futuro, Jesús deja un interrogante preocupante. Cuando venga, ¿encontrará fe y justicia en nosotros?