San Ireneo, o. y mr. (MO). Rojo.
Leccionario Santoral: 2Tim 2, 22-26; Sal 36, 3-6. 30-31; Jn 17, 1. 20-26.
Reseña: Ireneo nace en Esmirna (hoy Izmir, Turquía) en el siglo II. Hacia el año 157 se halla en Francia, quizás enviado por san Policarpo. Estando en Roma, predica la fe en Jesucristo frente a las herejías. Hacia el año 177 en Lyón (Francia) lo encontramos animando a un grupo de cincuenta cristianos encarcelados con su compatriota el obispo Potino, quien lo había ordenado sacerdote. Muerto Potino, Ireneo lo sucede como obispo de Lyón, dedicándose a ayudar a crecer en número y calidad las comunidades cristianas y socorre a los que sufren en el cuerpo y en el espíritu. Se cree que murió mártir hacia el año 208.
LECTURA Am 3, 1-8; 4, 11-12
Lectura de la profecía de Amós.
Escuchen esta palabra que el Señor pronuncia contra ustedes, israelitas, contra toda la familia que Yo hice subir del país de Egipto. Solo a ustedes los elegí entre todas las familias de la tierra; por eso les haré rendir cuenta de todas sus iniquidades. ¿Van juntos dos hombres sin haberse puesto de acuerdo? ¿Ruge el león en la selva sin tener una presa? ¿Alza la voz el cachorro desde su guarida sin haber cazado nada? ¿Cae el pájaro a tierra sobre una trampa, si no hay un cebo? ¿Salta la trampa del suelo sin haber atrapado nada? ¿Suena la trompeta en una ciudad sin que el pueblo se alarme? ¿Sucede una desgracia en la ciudad sin que el Señor la provoque? Porque el Señor no hace nada sin revelar su secreto a sus servidores los profetas. El león ha rugido: ¿quién no temerá? El Señor ha hablado: ¿quién no profetizará? Yo les envié una catástrofe como la de Sodoma y Gomorra, y ustedes fueron como un tizón salvado del incendio, ¡pero ustedes no han vuelto a mí! Por eso, mira cómo voy a tratarte, Israel; y ya que te voy a tratar así, prepárate a enfrentarte con tu Dios, Israel. Palabra de Dios.
Comentario: Con lenguaje fuerte, Amós busca que se comprenda que es el Señor el que está reprochando su mala conducta a Israel, para que cambie su vida y comportamiento, regresando a lo que él le ha señalado oportunamente. ¿Tenemos conciencia que realmente es Dios quien nos pide seamos mejores?
SALMO Sal 5, 5-8
R. ¡Guíame por tu justicia, Señor!
Tú no eres un Dios que ama la maldad; ningún impío será tu huésped, ni los orgullosos podrán resistir delante de tu mirada. R.
Tú detestas a los que hacen el mal y destruyes a los mentirosos. ¡Al hombre sanguinario y traicionero lo abomina el Señor! R.
Pero yo, por tu inmensa bondad, llego hasta tu Casa, y me postro ante tu santo Templo con profundo temor. R.
ALELUIA Sal 129, 5
Aleluia. Espero en el Señor y confío en su palabra. Aleluia.
EVANGELIO Mt 8, 23-27
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía. Acercándose a Él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: «¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!» Él les respondió: «¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?» Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma. Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?» Palabra del Señor.
Comentario: Cuando aceptamos la invitación de Jesús, no sabíamos todo lo que nos esperaba. Como discípulos suyos, también nos hemos embarcado en un camino donde no faltan los desalientos y las dudas… aunque bien sabemos que aparece Jesús para animarnos e invitarnos a permanecer fieles.