San Benito, abad (MO). Blanco.
Leccionario Santoral: Prov 2, 1-9; Sal 33, 2-11; Mt 19, 27-29.
Semana 15ª durante el año – Semana III del Salterio.
Reseña: Nació en Nursia (Perugia, Italia) en el año 480. Hermano de santa Escolástica. Fundó la Orden benedictina, considerado el padre del monaquismo occidental. En su “Regla” escrita para sus comunidades, adapta la tradición monástica oriental al mundo occidental. Sus monasterios están abiertos a la nueva civilización europea, que comienza a gestarse luego de la caída del Imperio romano. Así, nacen las escuelas de oración, de cultura, de promoción humana y hospitalidad. Benito murió el 21 de marzo del año 547 en Montecasino (Italia). En el año 1964, el papa Pablo VI lo proclamó Patrono de Europa y de Occidente.
LECTURA Is 1, 10-17
Lectura del libro de Isaías.
¡Escuchen la palabra del Señor, jefes de Sodoma! ¡Presten atención a la instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra! ¿Qué me importa la multitud de sus sacrificios? –dice el Señor–. Estoy harto de holocaustos de carneros y de la grasa de animales cebados; no quiero más sangre de toros, corderos y chivos. Cuando ustedes vienen a ver mi rostro, ¿quién les ha pedido que pisen mis atrios? No me sigan trayendo vanas ofrendas; el incienso es para mí una abominación. Luna nueva, sábado, convocación a la asamblea… ¡no puedo aguantar la falsedad y la fiesta! Sus lunas nuevas y solemnidades las detesto con toda mi alma; se han vuelto para mí una carga que estoy cansado de soportar. Cuando extienden sus manos, yo cierro los ojos; por más que multipliquen las plegarias, yo no escucho: ¡las manos de ustedes están llenas de sangre! ¡Lávense, purifíquense, aparten de mi vista la maldad de sus acciones! ¡Cesen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien! ¡Busquen el derecho, socorran al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan a la viuda! Palabra de Dios.
Comentario: El Señor hace saber a su pueblo aquello que espera: justicia, solidaridad y honestidad. De nada valen sus oraciones y sacrificios si, en la vida concreta, se traicionan estos valores, que deben ser la consecuencia normal de la religión cristiana, asemejándose al proceder de Dios.
SALMO Sal 49, 8-9. 16-17. 21. 23
R. ¡El justo gozará la salvación de Dios!
No te acuso por tus sacrificios: ¡tus holocaustos están siempre en mi presencia! Pero yo no necesito los novillos de tu casa ni los cabritos de tus corrales. R.
¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos y a mencionar mi alianza con tu boca, tú, que aborreces toda enseñanza y te despreocupas de mis palabras? R.
Haces esto, ¿y yo me voy a callar? ¿Piensas acaso que soy como tú? Te acusaré y te argüiré cara a cara. El que ofrece sacrificios de alabanza me honra de verdad. R.
ALELUIA Mt 5, 10
Aleluia. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Aleluia.
EVANGELIO Mt 10, 34–11, 1
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus apóstoles: “No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada. Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa. El que ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá; y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que los recibe a ustedes me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a Aquél que me envió. El que recibe a un profeta por ser profeta tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo tendrá la recompensa de un justo. Les aseguro que cualquiera que dé a beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo no quedará sin recompensa”. Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región. Palabra del Señor.
Comentario: Jesús no vino a este mundo para agradar a todos. En cambio, si respondía a la voluntad del Padre, que consiste en devolver el sentido original de la vida humana. De la misma manera, quien acepta ser su discípulo está dispuesto a responder a todos los dones y valores que Dios nos regaló al crearnos.