San Andrés, ap. (F). Rojo.
Gloria. Prefacio de Apóstoles.
Reseña: Es discípulo de Juan Bautista antes de conocer a Jesús. Después de Pentecostés, no vuelve a ser mencionado en el Nuevo Testamento. El género de muerte de san Andrés y el sitio en que muere son también inciertos. La “pasión” apócrifa dice que es crucificado en Patras de Acaya. No es clavado a la cruz, sino simplemente atado. Según la Tradición de la Iglesia, la data sobre su muerte en una cruz, con forma de “X”, lo sitúa antes del siglo IV.
LECTURA Rom 10, 9-18
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación. Así lo afirma la Escritura: “El que cree en él no quedará confundido”. Porque no hay distinción entre judíos y los que no lo son: todos tienen el mismo Señor, que colma de bienes a quienes lo invocan. Ya que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. Pero, ¿cómo invocarlo sin creer en él? ¿Y cómo creer, sin haber oído hablar de él? ¿Y cómo oír hablar de él, si nadie lo predica? ¿Y quiénes predicarán, si no se los envía? Como dice la Escritura: “¡Qué hermosos son los pasos de los que anuncian buenas noticias!”. Pero no todos aceptan el Evangelio. Así lo dice Isaías: “Señor, ¿quién creyó en nuestra predicación?”. La fe, por lo tanto, nace de la predicación y la predicación se realiza en virtud de la palabra de Cristo. Yo me pregunto: ¿Acaso no la han oído? Sí, por supuesto: “Por toda la tierra se extiende su voz, y sus palabras llegan hasta los confines del mundo”. Palabra de Dios.
Comentario: Todos los pueblos y personas tienen derecho de conocer a Dios. Este llamado universal se extenderá en la medida en que haya quien comunique su fe y lo haga creíble con su propia vida. De este modo se va armando una cadena que, poco a poco, abarcará el mundo entero.
SALMO Sal 18, 2-5
R. Resuena su eco por toda la tierra.
El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos: un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia. R.
Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco por toda la tierra, y su lenguaje, hasta los confines del mundo. R.
ALELUIA Mt 4, 19
Aleluia. Dice el Señor: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”. Aleluia.
EVANGELIO Mt 4, 18-22
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar, porque eran pescadores. Entonces les dijo: “Síganme, y yo los haré pesca- dores de hombres”. Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron. Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron. Palabra del Señor.
Comentario: Jesús invita a “seguirlo” entrando en su discipulado, estando con él y aprendiendo a vivir como él. Luego les pro- pone “cambiar su profesión” de pescadores a la de misioneros del Reino de Dios. Quien se encuentra con Jesús, se convierte en un discípulo y apóstol misionero.