VIERNES 3
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (S). Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio propio.
El amor de Dios entre nosotros
Hoy celebramos la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús que fuera impulsada por el francés san Juan Eudes (1601-1680) y sus fundaciones.
Muchas veces encontramos en las paredes de las plazas dibujados dos corazones unidos con el nombre de dos personas que se aman, expresando un deseo o una realidad. El corazón simboliza el centro de la persona, en el cual confluyen todas las emociones, los sentimientos y donde se elaboran las relaciones.
Si el corazón humano puede llegar a tanto, ¡cuánto más el corazón del Hijo de Dios! Durante su vida, Jesús se manifestó como el Buen Pastor (Cfr. Jn 10, 11-18) que busca a las ovejas perdidas y manifiesta su alegría de encontrarlas. Un pastor que se conmueve frente a la madre que ha perdido a su único hijo (Lc 7; 11-17) y que llora ante la muerte de su amigo Lázaro (Jn 11, 33).
Jesús es la mejor manifestación del amor de Dios por nosotros. Y desde su corazón que ama aprendemos mejor a ser más compasivos, amando a todos y no solo porque nos aman.
Que esta celebración, muy querida y enraizada en nuestro pueblo, nos motive a tener un corazón siempre más semejante al suyo.
Dios les bendiga,
P. Martín Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Con toda la Iglesia, en la celebración del Sagrado Corazón de Jesús consideramos el amor infinito de Dios, revelado en Cristo. Un amor tan cercano y visible que nos reclama una respuesta concreta, generosa e incondicional.
1ª LECTURA Ez 34, 11-16
Guía: El buen pastor cuida a su rebaño. El profeta Ezequiel lo expresa marcando algunos gestos de la misericordia de Dios, que siempre busca al que está lejos.
Lectura de la profecía de Ezequiel.
¡Aquí estoy Yo! Yo mismo voy a buscar mi rebaño y me ocuparé de él. Como el pastor se ocupa de su rebaño cuando está en medio de sus ovejas dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las libraré de todos los lugares donde se habían dispersado, en un día de nubes y tinieblas. Las sacaré de entre los pueblos, las reuniré de entre las naciones, las traeré a su propio suelo y las apacentaré sobre las montañas de Israel, en los cauces de los torrentes y en todos los poblados del país. Las apacentaré en buenos pastizales y su lugar de pastoreo estará en las montañas altas de Israel. Allí descansarán en un buen lugar de pastoreo, y se alimentarán con ricos pastos sobre las montañas de Israel. Yo mismo apacentaré a mis ovejas y las llevaré a descansar ?oráculo del Señor–. Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada, vendaré a la herida y sanaré a la enferma, pero exterminaré a la que está gorda y robusta. Yo las apacentaré con justicia. Palabra de Dios.
SALMO Sal 22, 1-6
R. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza. R.
Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo. R.
2ª LECTURA Rom 5, 5-11
Guía: Se entiende que alguien muera por una causa noble, pero no tanto que alguien muera por su agresor. San Pablo propone imitar el amor de Cristo, quien no vino a vengarse, sino a mostrar el rostro de la misericordia con los que lo habían ofendido.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. En efecto, cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores. Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Y ahora que estamos justificados por su sangre, con mayor razón seremos librados por Él de la ira de Dios. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida. Y esto no es todo: nosotros nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien desde ahora hemos recibido la reconciliación. Palabra de Dios.
ALELUIA Mt 11, 29
Aleluia. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón. Aleluia.
EVANGELIO Lc 15, 3-7
Guía: El evangelio de Lucas, nos invita a buscar a los que se han alejado y a alegrarnos cuando ellos regresan.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a los fariseos y a los escribas esta parábola: Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: «Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido». Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Presentamos los dones del pan y del vino con los mismos sentimientos de Cristo, pidiendo que seamos alcanzados por el pan del amor, en nuestros hogares y ambientes.
PREPARACIÓN PARA LA COMUNIÓN
Guía: Comulgando con Jesús, en la Eucaristía, y con sus enseñanzas, podemos llegar a amar más y mejor a nuestros hermanos.
DESPEDIDA
Guía: Luego de celebrar la fiesta del Sagrado Corazón, en nosotros, nace el compromiso de aprender cómo debemos amarnos y hacer creíble la fe que profesamos.