SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, ?MARÍA Y JOSÉ (F). Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio de Navidad.
La lección de la Sagrada Familia
En el evangelio, hay pocos pasajes tan fuertes como la huida de la Sagrada Familia a Egipto. Un rey tirano y cruel desestabiliza a la familia que Dios ha elegido para cumplir sus promesas a los hombres.
Dios actúa a través de los acontecimientos, con frecuencia, crueles y absurdos, de la vida de los hombres. Nace en Belén por una orden del megalómano emperador de Roma, huye a Egipto por la crueldad de un rey, vive en Nazaret por los riesgos que podría correr en Belén… De esa forma tan lejana a un plan de Dios se va cumpliendo la palabra divina, contenida en las Escrituras.
Parece que Dios no es el Señor de la historia y se deja arrebatar la dirección de los acontecimientos. Podemos ver de esa manera cínica los dramas de la humanidad que a diario nos transmiten los medios. También al saber de la corrupción, a veces en la misma Iglesia o en las comunidades, experimentamos la sensación de la ausencia de Dios. De ahí nacen tantas crisis de fe y tantas supersticiones.
Para superar estas adversidades, podemos aprender la enseñanza y el testimonio de José y su familia, tan indefensa, compuesta tan sólo por un hombre del pueblo, una mujer y un niño.
Sería probablemente equivocado pensar que a José le salió todo bien; lo correcto es, más bien, afirmar que José vio el brazo salvador de Dios en los adversos acontecimientos que le tocó padecer. Toda una lección de transcendencia para nosotros, que presos de nuestros proyectos y cálculos, si Dios no nos bendice como pensamos que merecemos, le quitamos a Dios su título.
No nos damos cuenta de que el Señor obra en este mundo, que no es precisamente el paraíso terrenal desde que está en nuestras manos. Al paraíso nos quiere llevar a todos… pero sin sacarnos de este mundo sino ayudándonos a vencerlo como lo hizo él.
“Levántate, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo” (Mt 2,13).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: La familia de Nazaret, a pesar del contexto sociocultural muy diferente del nuestro, sigue siendo un punto de referencia privilegiado para los cristianos.
1ª LECTURA Ecli 3, 3-7. 14-17
Guía: Se nos recuerda aquí la perenne validez del segundo mandamiento: Dios bendice a los hijos que honraron a sus padres y los atienden.
Lectura del libro del Eclesiástico.
El que honra a su padre expía sus pecados y el que respeta a su madre es como quien acumula un tesoro. El que honra a su padre encontrará alegría en sus hijos y cuando ore, será escuchado. El que respeta a su padre tendrá larga vida y el que obedece al Señor da tranquilidad a su madre. El que teme al Señor honra a su padre y sirve como a sus dueños a quienes le dieron la vida. La ayuda prestada a un padre no caerá en el olvido y te servirá de reparación por tus pecados. Cuando estés en la aflicción, el Señor se acordará de ti, y se disolverán tus pecados como la escarcha con el calor. El que abandona a su padre es como un blasfemo y el que irrita a su madre es maldecido por el Señor. Hijo mío, realiza tus obras con modestia y serás amado por los que agradan a Dios.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 127, 1-5
R. ¡Felices los que temen al Señor y siguen sus caminos!
¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien. R.
Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa. R.
¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! ¡Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida: que contemples la paz de Jerusalén! R.
2ª LECTURA Col 3, 12-21
Guía: La familia cristiana vive y se organiza en base a la palabra de Dios. Se manifiesta así como una “pequeña Iglesia”.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas.
Hermanos: Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección. Que la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido llamados, porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la acción de gracias. Que la Palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Instrúyanse en la verdadera sabiduría, corrigiéndose los unos a los otros. Canten a Dios con gratitud y de todo corazón salmos, himnos y cantos inspirados. Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en Nombre del Señor Jesús, dando gracias por Él a Dios Padre. Mujeres, respeten a su marido, como corresponde a los discípulos del Señor. Maridos, amen a su mujer, y no le amarguen la vida. Hijos, obedezcan siempre a sus padres, porque esto es agradable al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, para que ellos no se desanimen.
Palabra de Dios.
ALELUIA Col 3, 15-16
Aleluia. Que la paz de Cristo reine en sus corazones; que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Aleluia.
EVANGELIO Mt 2, 13-15. 19-23
Guía: Inserta en la historia, la familia de Nazaret experimenta el sufrimiento del exilio.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: «Desde Egipto llamé a mi hijo». Cuando murió Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto, y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño». José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea, donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: «Será llamado Nazareno».
Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Ponemos sobre el altar los logros, los sufrimientos, las esperanzas de nuestras familias, mientras pedimos que ellas sean “pequeñas iglesias domésticas”.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Al recibir el cuerpo de Cristo, reafirmamos el compromiso de unidad, de comunión y del amor de nuestras familias.
DESPEDIDA
Guía: La familia de Nazaret no es sólo modelo de la familia cristiana, es también intercesora ante el Señor. Al despedirnos, recordemos que “la familia que reza unida, permanece unida”.