Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael (F). Blanco.
LECTURA Dn 7, 9-10. 13-14
Lectura de la profecía de Daniel.
Daniel continuó el relato de sus visiones, diciendo: “Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza como la lana pura; su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. Un río de fuego brotaba y corría delante de Él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros. Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; Él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta Él. Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido”. Palabra de Dios.
Comentario: El profeta Daniel, con sus visiones, presagia que el final de los tiempos se viene, a pasos agigantados, ese Reino de Dios será entregado al pueblo santo de Dios. La presencia del Mesías como juez justo pondrá al descubierto a los infieles. Mientras, los Arcángeles y muchos ángeles se mantienen fieles a su Creador. Al dejarnos guiar por estos estaremos en sintonía con Dios y disponibles en su servicio.
SALMO Sal 137, 1-5
R. Te cantaré en presencia de los ángeles, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque has oído las palabras de mi boca. Te cantaré en presencia de los ángeles y me postraré ante tu santo Templo. R.
Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad, porque tu promesa ha superado tu renombre. Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma. R.
Que los reyes de la tierra te bendigan al oír la palabra de tu boca, y que celebren los designios del Señor, porque la gloria del Señor es grande. R.
ALELUIA Sal 102, 21
Aleluia. ¡Bendigan al Señor, todos sus ejércitos, sus servidores, los que cumplen su voluntad! Aleluia.
EVANGELIO Jn 1, 47-51
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: “Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez”. “¿De dónde me conoces?”, le preguntó Natanael. Jesús le respondió: “Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”. Natanael respondió: “Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el rey de Israel”. Jesús continuó: “Porque te dije: ‘Te vi debajo de la higuera’, crees. Verás cosas más grandes todavía”. Y agregó: “Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”. Palabra del Señor.
Comentario: Natanael había cuestionado la procedencia del Mesías, pero ante la intervención de Jesús hace un acto de fe en él representando a los israelitas fieles, sinceros y sin prejuicios, que están abiertos a salir de sus esquemas y encontrarse con la novedad de Dios. ¿Cómo resolvemos nuestros cuestionamientos?