La obra de Roberto Morozzo della Rocca es una invitación a profundizar en la vida de un hombre que, sirviendo a la Iglesia, muere asesinado el 24 de marzo de 1980, a los setenta y dos años de edad, mientras celebraba la Misa por los escuadrones de la muerte ligados al poder político de la derecha salvadoreña. El autor como buen historiador, a través de un trabajo investigativo serio y agudo nos revela la vida y obra del obispo Romero. Su pluma quiere iluminar y liberar al lector de aquella imagen ideológica y polémica del obispo. Por eso, se ha esforzado en clarificar y reconstruir la figura de este. Una prueba de ello ha sido el largo y lento proceso de su beatificación, que ha servido para dilucidar la riqueza y la complejidad de su figura como cristiano y en calidad de pastor católico de El Salvador.
El libro contempla un itinerario que va desde los orígenes del obispo, nacimiento, familia, su vocación de servicio como sacerdote, para luego llegar hasta el cargo de arzobispo de San Salvador. Desde aquí, vivirá y hablará, con las enseñanzas de Jesús, a las distintas realidades sociales, pastorales y eclesiales de su tiempo, como: persecución a la Iglesia e injusticia social, el choque con el gobierno, la ideologización de la esperanza, su vínculo comprometido con los pobres, su diálogo con la Teología de la Liberación, entre otros aspectos.
Esta obra también nos ofrece una mirada al catolicismo del pueblo ?gente pobre y sencilla?, que intenta vivir la fe en medio de su precariedad material. Además, el autor se esfuerza en mostrar que el obispo Romero era una persona, con una gran trascendencia espiritual y una sensibilidad de pastor, que lo hacían estar cada vez más cerca de los que poseían menos. Al respecto, decía: “Hay un criterio para saber si Dios está cerca o lejos de nosotros, todo aquel que se preocupe por el hambriento, por el desnudo, por el pobre, por el desparecido, por el torturado, por el prisionero… tiene cerca a Dios”.
Fredy Peña Tobar, ssp.