El origen del Vía Crucis data de los primeros años del cristianismo, cuando en Jerusalén comienzan a ser venerados los lugares relacionados con la vida y muerte de Jesús. De hecho, se dice que la propia Virgen María visitaba a diario cada uno de estos lugares. No está determinado un origen preciso, pero esta costumbre fue siendo practicada por un número mayor de personas que iban a visitar los santos lugares. Con el paso del tiempo, esta devoción se extiende a otros territorios, por lo que se adopta la costumbre de realizar algo muy similar a lo que se hacía en Jerusalén.
El esquema cronológico que presentamos es el del papa Juan Pablo II. Los textos de los cuatro evangelistas han sido tomados de “El libro del Pueblo de Dios, La Biblia”, editado por SAN PABLO España y distribuido por SAN PABLO Argentina en su 29ª edición, año 2006.