La vida de Santa Teresa de Ávila escrita por su propias manos es una autobiografía introspectiva.
La necesidad de introspección y de contar por escrito la propia vida surgió en Teresa sobre el rescoldo de su experiencia religiosa profunda como exigencia inmediatas de la gracias místicas que le inundan el alma or los años 1555 – 1560, cuando ella oscilaba entre los 40 y 45 años de edad.
Lo insólito de esas experiencia y la imparable crecida de las misma puso a la carmelita en la predicción de examinarlas para entenderla y discernirlas. La hizo recurrir a teólogos asesores que la ayudasen en la tarea discernidora. Y de estos recibió la orden de ponerlas por escrito para dictaminar sobre su procedencia.
A partir de ese momento, la mirada introspectiva y auto-escrutadora acompañara a Teresa hasta el fin de sus días.