Un libro que nos revela una espiritualidad de la enseñanza que es, verdaderamente, “pan para el camino”. En sus páginas, nos invita a entender nuestra vocación de enseñar como una forma de eucaristía. Porque quien enseña está llamado, de un modo similar a la acción de Cristo –y del ministro– en la eucaristía, a tomar, agradecer, bendecir, partir y dar. Cada una de estas cinco acciones está desarrollada en diferentes capítulos. Un libro no sólo para meditar, sino también para orar. Un valioso compañero de camino.