La pandemia por Coronavirus ha golpeado fuerte a todo el mundo. Ahora, con el comienzo del proceso de vacunación, se abre una luz de esperanza para afrontar los próximos meses. Frente a esta realidad, Caritas Internationalis y el Dicasterio Vaticano para la Promoción del Desarrollo Humano firmaron una declaración conjunta en la piden que todos los países, especialmente los más desfavorecidos, tengan acceso a las vacunas que hacen frente al virus.
En una declaración conjunta, firmada por los cardenales Luis Antonio Tagle, Presidente de Caritas Internationalis, Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio y Aloysius John, Secretario General de Caritas Internationalis, piden a las Naciones Unidas abordar el tema en una sesión especial, en la que se aborde la situación sanitaria como un problema de seguridad mundial con el fin de adoptar decisiones políticas basadas en el multilateralismo que permitan el acceso igualitario a las vacunas.
“Las vacunas ya están disponibles, lo que genera mucha esperanza, pero también una brecha más grande en la desigualdad. Las naciones ricas del Norte que han invertido dinero en la producción de las vacunas esperan ahora el retorno de su inversión. Se cree que el “milagro” de las vacunas reactivaría la maquinaria mundial. Esto ha llevado a una especie de concentración en el Norte, que está desembocando en el nacionalismo y el proteccionismo. El Sur del mundo, donde vive la mayoría de los pobres, se ha quedado al margen”, dice el comunicado.
El acceso a las vacunas –prosigue el texto- no ha sido tan equitativo como debería, en la medida que se ha podido constatar que no todas las naciones y los que quieren o necesitan la vacuna pueden obtenerla por cuestiones de suministro, afirmando que “en nuestro mundo interconectado, las vacunas deben estar disponibles de forma equitativa”.
“Puesto que toda vida es inviolable, ninguna debe excluirse. Los pobres, las minorías, los refugiados y los marginados son los más expuestos al virus. Cuidar de ellos es una prioridad moral porque abandonarlos los pone en peligro así como a la comunidad mundial. Nuestro bienestar colectivo depende de cómo cuidemos a los últimos”, precisan en el comunicado.
La actual crisis de las vacunas –estiman- debe ser considerada en el contexto más amplio de la situación sanitaria mundial. “Muchas de las naciones menos desarrolladas siguen careciendo de infraestructuras médicas básicas y de medios para almacenar las vacunas. Además, los habitantes de las zonas rurales remotas no están sensibilizados y están expuestos a otras enfermedades infecciosas que siguen siendo frecuentes. Si la pandemia se desborda en el Sur Global, esto podría conducir a una nueva crisis humanitaria mundial”, sostienen.
Los cardenales califican a la pandemia como “una emergencia mundial” y llaman a los líderes políticos a mirar más allá de sus propios intereses y fronteras, haciendo eco de las palabras del Papa Francisco, quien ha reitarado la necesidad de contar con vacunas para todos, especialmente para los más vulnerables y necesitados de todas las regiones del planeta.
“Ya que nos encontramos ante una emergencia mundial, los líderes políticos deben mirar más allá de los intereses de sus propias naciones y grupos políticos. Esta pandemia es un problema de seguridad humana global que amenaza a toda la familia humana. Abordar la cuestión de las vacunas desde la perspectiva de una restringida estrategia nacional podría conducir a un fracaso moral a la hora de hacer frente a las necesidades de los más vulnerables en todo el mundo”, precisan.
En ese sentido, Caritas Internationalis sugiere cuatro cursos de acción para los responsables de la toma de deciones en los países y las Naciones Unidas: