Pentecostés (S). Rojo.
Gloria. Secuencia. Credo. Prefacio Propio.
La presencia milagrosa del Espíritu
El milagro de Pentecostés, narrado en los Hechos de los Apóstoles, en su origen, era una fiesta cananea para celebrar el inicio de la cosecha. Los hebreos la tomaron, y el centro del rito consistía en ofrecer a Yahvé las primicias. Después añadieron la memoria del don de la Ley a Moisés y todo el pueblo elegido. Ese hecho los constituyó en un pueblo y dejaron de ser un grupo de tribus o familias vagando en busca de la tierra prometida o una patria.
Cincuenta días después de la resurrección, el grupo de los Apóstoles celebran una fiesta de su calendario cuando se manifiesta en ellos una fuerza que no pueden contener…
Ya no es la lectura de la Ley y los Diez Mandamientos lo que los guiará, sino la escucha del Espíritu que se hace presente en ellos, los une y los envía al mundo y no a un pueblo…
Los Apóstoles todavía reviven los trágicos días de la muerte de Jesús… se sienten amenazados, miedosos. Dudan y no saben qué decisión tomar, están paralizados…
Un viento los envuelve… No es una tormenta, están en un salón… Es un viento interno, que los libera, les hace ver la libertad que tienen creyendo en el resucitado, mientras ellos están escondidos, presos de sí mismos porque nadie los ha puesto en la cárcel…
Sienten las lenguas del fuego de las palabras que bullen en su interior y que no pueden callar, se arman de coraje, con ardor y pasión por el Señor resucitado y la vitalidad vence sus temores y sus dudas.
Se desatan las lenguas de todo el mundo… No las conocen, pero el lenguaje del corazón, del entusiasmo, de la alegría, de la libertad toca a todas las personas, porque lo que nos llega al corazón lo entendemos sin palabras. Es como el flechazo del amor entre enamorados de diferentes idiomas… Los supera, los une, y una nueva historia comienza…
Así nació la Iglesia, así nacimos nosotros, así se renueva hoy el milagro de Pentecostés.
“Reciban al Espíritu Santo” (Jn 20, 22).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Hoy es un día de fiesta, ya que es el cumpleaños de la Iglesia. Celebramos la presencia del Espíritu Santo, Tercera Persona de la Trinidad, en cada uno y en la comunidad que nace desde Pentecostés. Que el mismo Espíritu nos siga formando como comunidad misionera del amor y de la misericordia divina.
1ª LECTURA Hech 2, 1-11
Guía: El Espíritu Santo desciende sobre la comunidad reunida en oración y actitud vigilante, dándole el valor y la palabra justa para anunciar el Reino de Dios a todos.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse. Había en Jeru-salén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Con gran admiración y estupor decían: “¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios”. Palabra de Dios.
SALMO Sal 103, 1. 24. 29-31. 34
R. Señor, envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra.
Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! ¡Qué variadas son tus obras, Señor! ¡La tierra está llena de tus criaturas! R.
Si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo. Si envías tu aliento, son creados, y renuevas la superficie de la tierra. R.
¡Gloria al Señor para siempre, alégrese el Señor por sus obras! Que mi canto le sea agradable, y yo me alegraré en el Señor. R.
2ª LECTURA 1Cor 12, 3-7. 12-13
Guía: El Espíritu distribuye a cada uno ?para el bien de la comunidad? sus dones, ministerios y actividades.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Nadie puede decir: “Jesús es el Señor”, si no está impulsado por el Espíritu Santo. Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos. En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común. Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo, judíos y griegos, esclavos y hombres libres, y todos hemos bebido de un mismo Espíritu. Palabra de Dios.
SECUENCIA
Ven, Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven, Padre de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz. Consolador lleno de bondad, dulce huésped del alma, suave alivio de los hombres. Tú eres descanso en el trabajo, templanza de las pasiones, alegría en nuestro llanto. Penetra con tu santa luz en lo más íntimo del corazón de tus fieles. Sin tu ayuda divina no hay nada en el hombre, nada que sea inocente. Lava nuestras manchas, riega nuestra aridez, sana nuestras heridas. Suaviza nuestra dureza, elimina con tu calor nuestra frialdad, corrige nuestros desvíos. Concede a tus fieles, que confían en ti, tus siete dones sagrados. Premia nuestra virtud, salva nuestras almas, danos la eterna alegría.
ALELUIA
Aleluia. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Aleluia.
EVANGELIO Jn 20, 19-23
Guía: Para el evangelista Juan, la venida del Espíritu Santo a los discípulos acontece el mismo día de Pascua. Es Jesús mismo quien se lo entrega enviándolos al mundo, como el Padre lo había enviado a él.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Al atardecer del primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”. Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, Yo también los envío a ustedes”. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Presentamos el pan y el vino que, por la gracia del Espíritu Santo, se convertirán en el Cuerpo y la Sangre del Señor… y será nuestro alimento para nuestro camino misionero.
PREPARACIÓN PARA LA COMUNIÓN
Guía: Al comulgar con el Señor, por la gracia del Espíritu, somos impulsados hacia adelante para anunciar el Reino de Dios, en los ambientes donde nos movemos.
DESPEDIDA
Guía: Queridos hermanos, desde hoy, ya no podemos pensar que nuestros días son los más trágicos de la historia. No podemos sentirnos tampoco amenazados y envueltos en un mundo de dudas… Jesús nos ha enviado su Espíritu y podemos anunciar sin temor el amor y la misericordia de Dios.