En el ángelus dominical Francisco invitó a todos los creyentes a familiarizarse con la Biblia. Tomando como punto de partida el evangelio que narra las tentaciones de Jesús en el desierto, el Papa reafirmó la necesidad de leer a menudo la Palabra de Dios, meditarla y asimilarla, ya que ella “es la que tiene la fuerza para derrotar a Satanás”.
“¿Qué pasaría si tratásemos a la Biblia como tratamos a nuestro teléfono móvil? Si la lleváramos siempre con nosotros, o por lo menos el pequeño Evangelio de bolsillo, ¿qué sucedería?”, preguntó el Santo Padre.
“Si volviéramos a buscarla cuando nos la olvidamos, si la abriéramos varias veces al día, si leyéramos los mensajes de Dios contenidos en la Biblia como leemos los mensajes del teléfono… ¿Qué pasaría? Claramente, la comparación es paradójica pero nos hace reflexionar. Si tuviéramos la Palabra de Dios siempre en el corazón, ninguna tentación podría alejarnos de él y ningún obstáculo podría desviarnos del camino del bien; sabríamos vencer las sugerencias cotidianas del mal que está en nosotros y fuera de nosotros; seríamos más capaces de vivir una vida resucitada según el Espíritu, acogiendo y amando a nuestros hermanos, especialmente a los más débiles y necesitados, y también a nuestros enemigos”, manifestó Francisco.