Con la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Maiorem hac dilectionem, el Papa Francisco abrió el camino a la beatificación y canonización de los cristianos que, con la intención de seguir al Señor, impulsados por la caridad, han ofrecido heroicamente su propia vida por el prójimo, aceptando libre y voluntariamente una muerte cierta y prematura.
Hasta ahora, para ser considerado para canonización, era necesario que la persona haya sido un mártir, haya vivido una vida heroica o haya tenido una reputación inmaculada. De este modo, a contar de ahora, el Santo Padre establece una nueva circunstancia en el proceso de beatificación y de canonización, que se suma a los tres previstos a lo largo de los siglos por la Iglesia católica.
“Son dignos de especial consideración y honor los cristianos que, siguiendo más de cerca las huellas y las enseñanzas del Señor Jesús, han ofrecido voluntaria y libremente la vida por los otros y han perseverado hasta la muerte en este propósito”, explicó el Vaticano.
La nueva disposición pontificia fue validada por la Congregación de las Causas de los Santos en la sesión plenaria del pasado 27 de septiembre de 2016 tras estudiar detenidamente estos casos, pero recién la hizo pública ahora.
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