El sacerdote jesuita, ex rector de la universidad Alberto Hurtado, Fernando Montes Matte, de 77 años, sociólogo, cuya voz tiene un peso y autoridad moral e intelectual como pocas en Chile. Es un analítico por naturaleza, ¡tanto! que calcula cada palabra que profiere. No titubea cuando se trata de denunciar los pecados de Chile y de la sociedad en general. Señala: Me duele cuando me dicen: ‘Padre, hablemos de los valores’ y quieren limitar esos valores a la vida sexual y familiar. Creo que si no se puede llamar valor a la justicia social, ¿dónde estamos? El Evangelio prácticamente no habla de moral sexual, pero sí del respeto a la persona, del respeto al pobre.
En esta entrevista, revista ON LINE, de editorial SAN PABLO – BUENOS AIRES, quiere traer la reflexión hacia los jóvenes y de cómo estos, a través, de sus anhelos y sueños buscan un horizonte a sus vidas, pero que, muchas veces, no saben por dónde va y cuál es su vocación.
-De acuerdo a los últimos acontecimientos ocurridos con las demandas estudiantiles y sus protestas… ¿Cómo elaborar un diálogo constructivo con los jóvenes, desde dónde comenzar para no caer en desmanes, destrozos a la propiedad pública y privada? ¿Cómo construir puentes y consensos?
-El problema con los estudiantes secundarios, comienza con la revolución de los pingüinos (2006). Estos contaron, con un fuerte apoyo de la opinión pública, Eso obligó al gobierno chileno a conformar una comisión de estudio, en la cual fui miembro para reflexionar la realidad en Chile. Me parece que los estudiantes necesitan ser escuchados en cuanto a sus demandas. Por ejemplo, la gratuidad de la educación y el reforzamiento de la educación pública. ¿Cuál es la situación de la juventud? Pero las demandas se han convertido en lo menos importante del movimiento y este expresa el malestar muy profundo de la sociedad en general.
-¿En qué demandas debería profundizar y qué errores no debería cometer el movimiento estudiantil? Porque la apropiación de los alumnos de los colegios y los destrozos en la Iglesia de la Gratitud Nacional, se han convertido en una práctica casi delictual?
-Es fundamental que los jóvenes no sean ellos mismos ‘neoliberales’, es decir, egoístas y competitivos. Hay que plantear un discurso donde el derecho se equilibre con la responsabilidad. Ahora, no me gusta hablar de deberes sino de responsabilidades. Los jóvenes deber ser responsables en sus propuestas. Creo que hay grupos, con cierto corte anárquico, con pequeños niveles de participación, y manifiestan una violencia que se sale del contexto. ¿Hace falta descubrir qué es lo que hay detrás de la juventud, no es solamente sus derechos o demandas? Patrick Modiano, francés, premio nobel de literatura 2014, ve lo que significa una juventud que tiene un protagonismo, pero con una identidad muy difícil de definir. No tienen raíces, cultura propia o un amor fundamental compartido. Esto se debe a que están insertos en una sociedad muy injusta. Sin embargo, esta generación tiene más acceso a la educación. Antes la educación era una transmisión de una cultura. Hoy los estudiantes dicen ”no vamos a dejar que nos eduquen sin que se nos consulte qué es lo que queremos estudiar”.
-A su juicio, ¿cree que esta generación de jóvenes es consciente que hay que educarse en la vida, no solo para ganar un buen sueldo sino también para ser un buen profesional y dar un buen servicio?
-Los jóvenes dicen: ”Yo estudio para tener un sueldo y entrar en esta sociedad de consumo”. No está la pregunta: “¿Qué voy hacer por lo demás?”. El proceso educativo está invertido. “Sus padres no le dieron límites ni valores”. La cultura de hoy nos enseña a tener éxito como sea y no se prepara a los jóvenes para vivir en el servicio y la generosidad. Hoy, el éxito se mide en el consumo y en el que yo haga lo que se me antoje. Así soy honrado y respetado… Eso es bueno, pero no es el fin de la vida. Si formamos las personas más serviciales, es decir, especializarse más en el dar y no en el recibir. Entonces, terminaremos con menos desazón. Los chicos que van al carrete juntos y al final se quedan solos, terminan realizándose a sí mismos y no con otros. Se olvidan de quienes son. El cristianismo introdujo el concepto de individuo… lo propio de la persona es que un individuo vive con otros en relación.
-Cuando fue el último Encuentro Mundial de Jóvenes en Río, se creía que se abría una puerta con los jóvenes. No obstante, como Iglesia quedamos cortos en el discurso y, al parecer, con todo lo que vemos a diario, aún no alcanza a calar hondo ese mensaje en el corazón de los jóvenes.
-La Iglesia está como todas las instituciones, es decir, sobrepasada por los cambios culturales. Marcela Serrano, una literata chilena decía: “Nos sabíamos todas las respuestas de memoria y nos cambiaron las preguntas”. La Iglesia está haciendo un esfuerzo grande en este discurso. Me da la sensación de que no somos siempre escuchados. Hay que tener cuidado cuando confundimos la juventud entera con los grupos que realizan actos vandálicos. Hay muchos jóvenes que quieren estar lejos de estos grupos y ser personas de bien.
-Como Iglesia, ¿siente que le hemos fallado a los jóvenes y no hemos tenido la capacidad de ser más creíbles?
-La Iglesia vive una crisis que la hubiera tenido de todas maneras, con escándalos o sin ellos. Porque aún persiste un lenguaje que no está en consonancia con los oyentes de hoy. Hay una crisis en todas las instituciones por los cambios culturales de la sociedad. El tiempo moderno no es precisamente malo. Es un desafío que nos permite tener una mayor coherencia. Creo que el mensaje de Jesús es un atractivo de humanización, que a la larga tiene un peso muy grande. Ojalá que podamos liberarnos de “modos de enseñanza”, que son de otra época. Hay que tener una visión de confianza en el futuro y por lo tanto, existe una ventaja en la misma línea de conciencia y libertad. Por eso, es importante “formar” a los laicos. De ahí que el gran apóstol de los jóvenes debe ser un mismo JOVEN.
-¿Cree que la Iglesia esté teniendo un diálogo franco y abierto con la sociedad?
-Hemos de notar que a Jesús lo tenemos gracias a la Iglesia. La fe que yo tengo es gracias a personas que estaban enamoradas de Jesucristo. Estos supieron transmitir y contagiar esa experiencia. El camino de Jesús es que la Iglesia no es una Ley, no es una prohibición, no es una escuela de moral ni de moralismo, sino el de un amor apasionado. Donde la perfección no se da por cumplir todas las leyes, sino porque Dios es misericordia. Este Dios que se hace humano en Jesús, nos lleva a una religión hondamente humana.
-¿Por qué los jóvenes en sus carretes recurren a la droga y el alcohol hasta perderse?
-Si no hay droga no se pasa bien… Un autor Coreano, Byung-Chul Han, en su libro, La sociedad del cansancio, se pregunta: ¿cómo se han destruido tantos ideales? Hay tanta soledad y tristeza. A veces, la droga es una manera de escapar, los jóvenes quieren ser libres. Por ejemplo: tener que esperar a las doce para empezar la fiesta. Terminan todos siendo víctimas de algo que no es racional y por lo tanto, se refleja una angustia muy grande. La droga no es señal de felicidad. Es la desesperación por superar una situación que se considera triste, fracasada. La droga es una testigo brutal del deseo de satisfacción o camino de huida. Se pierde la libertad, no son dueños de sí mismos. Si eso no es escape entonces donde está el sentido de consumirla.
-¿Cómo encarar las “crisis” de los jóvenes?
-Hay crisis que son oportunidad, todo depende cómo se manejen los conflictos. Creo que uno de los problemas más delicados es saber qué significa vivir humanamente. Tenemos el ejemplo de Jesús, pero que no es compartido por muchos. Hay una sociedad centrada en el consumo, la productividad, en el dinero. Ante esto, Pablo Neruda diría: ”Y el hombre, ¿dónde está?”. Entonces, el hombre es manejado, está perdido y se llega a situaciones tan delicadas… Como los realities donde se mete en un zoológico a esos participantes para entretener a los televidentes, mostrando todas sus debilidades y pequeñeces… es horroroso. Cómo es posible que se vendan los derechos de niños antes de nacer, por ejemplo, el nieto de Maradona… pagaron derechos sobre el niño antes de que naciera… víctimas de la corrupción.
-¿Cómo encarnar al Dios al cual creemos y que esto pueda entusiasmar a los jóvenes?
-Esa pregunta la hizo el salmista hace tres mil años: ¿qué es el hombre para que te hayas fijado en él? Hoy ante todos los cambios culturales… Por ejemplo, internet es una fuente de conocimiento que nadie jamás pensó e imaginó. En este contexto el hombre se pregunta: “¿Qué hago yo?” “¿Para qué vivo con otros?”. ¡Los matrimonios se rompen! Por eso, responder a esta pregunta ¿qué es el hombre para que podamos vivir como seres humanos?… El sociólogo francés, Aram T. señaló que: “la revolución francesa puso tres principios y se olvidó de uno, la fraternidad”. Eso ha llegado a preguntarnos ¿podemos vivir juntos o no? ¿Podemos compartir los bienes que tenemos de verdad? Sin embargo, corremos el peligro de quedarnos aplastados. Ernesto Sábato, en “Hombres y engranajes”, dice que tenemos una sociedad que avanza en lo técnico pero que aplasta al hombre. ¿Cómo vivir humanamente?
-¿Cómo pueden vivir sanamente los jóvenes sus vínculos o con los “otros”?
-Recibimos la vida como regalo, el animal recibe la vida y vive con otros. Pero el hombre se diferencia porque para vivir, necesitamos que la sociedad nos regale lo que nos falta. Por ejemplo, nacimos sin lenguaje y tuvieron que educarnos para aprender a comunicarnos. Nos regalaron historia y hábitos de vida y nos fuimos constituyendo como personas. Los jóvenes hoy en día no aceptan la cultura que la humanidad ha acumulado… No aceptan ese complemento que les permite ser completos… quieren imponer otra forma de cultura o de ser.
-¿Cómo hacer para que los jóvenes no le tengan miedo al compromiso?
-No sentir a los demás como enemigos o competidores. Hay que formar a la responsabilidad. Tú vives porque otros te dieron la vida y eso te permite amar. Ser con otros y no contigo mismo. Cuando tú das un beso, eso es un gesto cultural. La sociedad está como a la defensiva y quiere dedicarse solo a conseguir lo que propone una sociedad mercantil y neoliberal.
MENSAJE A LOS JÓVENES
A modo general, les diría: “Si tú quieres ser feliz… la vida se gana cuando se da. Si esperas solo recibir, eso te hace estar frente a los otros llenos de enemistades. Vive para los demás y ganarás la vida. Por ejemplo: no vale la pena casarse si uno no está dispuesto a darse por la persona que ama y ser fiel hasta el fin de los días. No todo en la vida es triunfo, éxitos. La persona feliz en el mundo es aquella que se levanta y no se preocupa tanto por el poseer sino por el “ser”.
Como cristiano, digo que le creo a Cristo. La Iglesia nos ha regalado al Señor. Él nos ha enseñado como nadie de qué manera ser para los demás. Jesús dice: “No te encasilles, te doy otra posibilidad, él es una fuente de vida muy grande”.
Fredy Peña T., ssp.