A una semana del inicio de los incendios que arrasaron en varios sectores y comunidades de la región dejando un saldo de 40.000 personas damnificadas, más de 130 personas fallecidas, miles de viviendas destruidas y más de una decena de personas que aún continúan desaparecidas, Monseñor Jorge Vega Velasco svd, Obispo de la Diócesis de Valparaíso, entrega un nuevo balance de la situación de emergencia respecto a la comunidad diocesana.
Queridos Hermanos y Hermanas:
Ha pasado una semana desde el inicio de la gran tragedia provocada por los incendios en diversas zonas de nuestra diócesis. Como Obispo de Valparaíso, visitando nuestras comunidades afectadas, he sido testigo del dolor que miles de familias están experimentando. Muchas llorando a familiares que ya no están; otras con la impotencia de haber perdido todo lo que con esfuerzo habían logrado en años, y muchos de nosotros impactados por el inconmensurable daño que estos incendios han provocado.
Con mucho dolor, quiero confirmar que, en medio de esta tragedia, han perdido la vida personas muy queridas de nuestras comunidades parroquiales y educativas. También, muchas familias de nuestras comunidades, agentes pastorales, familiares de sacerdotes de esta diócesis, de miembros de nuestras comunidades educativas y de colaboradores del Obispado, han perdido sus hogares, y también muchos de ellos se encuentran en estado delicado de salud. En Viña del Mar perdimos el templo parroquial de San José de Villa Dulce y la capilla Jesús Sacramentado de Villa Independencia. En Quilpué, la capilla Inmaculada Concepción de las Vertientes; y en Peñablanca, Santa Teresa de Jesús de El Patagual.
Sin embargo, en medio del dolor surge la esperanza. Cientos de voluntarios hoy están ayudando a los damnificados, tanto en la limpieza de los escombros como en campañas de útiles de primera necesidad. Las Parroquias de Achupallas y de Miraflores Alto en Viña del Mar; Nuestra Señora del Rosario en Quilpué; la Catedral en Valparaíso, San Felipe Neri en Villa Alemana y La Asunción en Peñablanca están abiertas para la recepción de donaciones. Asimismo, muchas parroquias y capillas de toda la diócesis están haciendo llegar donaciones de artículos de primera necesidad a las comunidades afectadas.
Junto a Caritas Chile y Caritas Valparaíso hemos dispuesto de una Colecta Nacional para los damnificados, por eso quiero invitar a que durante este fin de semana todas las comunidades parroquiales puedan cooperar en esta colecta, para que en el largo plazo podamos seguir acompañando a las familias que hoy perdieron todo y ayudarlas a levantarse de nuevo.
Quiero invitar a todos los sacerdotes y diáconos de nuestra diócesis a prestar ayuda a los sacerdotes de las comunidades afectadas para que esta tragedia que afecta a nuestro pueblo sea acompañada por todos.
La Diócesis de Valparaíso llora por esta tragedia, pero la esperanza que surge de la solidaridad y caridad de tantos, llena nuestros corazones y nos enseñará a caminar de nuevo. Que el Señor y la Virgen nos acompañen a todos.