Este sábado 11 de enero, se realizó la Eucaristía en que monseñor Celestino Aós tomó posesión de la Arquidiócesis de Santiago, luego que el Papa Francisco lo nombrara oficialmente en el cargo, el pasado 27 de diciembre de 2019. La Eucaristía estuvo concelebrada por el Nuncio Apostólico, monseñor Alberto Ortega, los obispos auxiliares, obispos de otras diócesis, presbíteros y diáconos permanentes.
En su homilía, monseñor Aós indicó que “Jesucristo vive en el tiempo; el tiempo es de Dios; suya es la eternidad y el tiempo. Y Dios sabe cuándo es el momento preciso para cada cosa, para cada paso en el plan de Dios“. Luego sostuvo que “cada cristiano, usted y yo, fuimos bautizados un día. Y en la fe la comunidad cristiana entendió cómo se decía sobre nosotros: ‘Este es mi hijo, esta es mi hija’. Ya nada ni nadie nos quitará esa dignidad, ese carácter: soy hijo amado de Dios. Nos desfiguramos con nuestros propios pecados, nos combaten desde fuera con criterios y acciones de violencia, injustica, corrupción, ridiculización“. Sin embargo, agregó que “el Bautismo nos hizo criaturas nuevas, y nos regaló la libertad de los hijos de Dios”. También afirmó que “estamos llamados a vivir y conducirnos de modo nuevo, somos libres para amar a todos, incluso a los que nos persiguen y calumnian, como lo hizo Jesús que pasó haciendo el bien a todos“.
Después, el Arzobispo de Santiago expresó: “Pasamos por días de agitación, de división y ataques (la división, la injusticia, la mentira, la violencia, son contrarios a nuestra condición cristiana, a nuestro compromiso bautismal). La palabra de Dios nos ha repetido que “en cualquier nación, el que lo teme y obra con rectitud es agradable ante Dios. Dios envió su Palabra anunciando a los Israelitas la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos”. Ningún cristiano puede quedarse de observador, menos aún de censor o de condenador; todos debemos preguntarnos ¿qué es la voluntad de Dios para mí? o con frase más familiar ¿qué haría Cristo en mi lugar?“.
Previo a la celebración de la Eucaristía, monseñor Celestino Aós hizo solemne Profesión de Fe y de Fidelidad a la Iglesia, en la Sala Capitular de la Catedral Metropolitana, en una breve ceremonia que presidió el nuncio, monseñor Alberto Ortega. Terminada la lectura de esta profesión y promesa de fidelidad, el Arzobispo de Santiago firmó los textos de estos documentos y enseguida hizo otro tanto el Nuncio de Su Santidad, de lo cual fueron testigos los miembros del Cabildo Metropolitano y obispos de otras diócesis y eméritos presentes.