En la celebración de Domingo de Ramos el arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós, invitó a poner el ramo confeccionado en familia en la entrada de sus hogares, para recordar “que somos bautizados y que aclamamos a Jesús como nuestro Dios y Señor, maestro y modelo (…) Cuando entremos a la casa nos recordará y nos animará a ser colaboradores, a escuchar a los demás, a ser corteses y cariñosos con los otros”.
Durante su homilía, el arzobispo realizó un enfático llamado al autocuidado y a cuidar de los demás y a aceptar la cuarentena “porque no queremos agravar la pandemia, porque aprendimos de Jesús que los verdaderos adoradores, lo harán en todos los sitios, en Espíritu y en verdad”. Ante la imposibilidad de estar presencialmente en los templos, agregó: “Aceptemos con humildad este sacrificio y traigamos de un modo especial junto a la alegría que inicia esta celebración, con el recuerdo de la entrada de Jesús en Jerusalén en medio de las aclamaciones de los suyos, nuestra oración a tantos hermanos enfermos, tantos hermanos que sufren”.
Animó también a las familias a tomar la decisión de esforzarse en estos días, adquiriendo un compromiso de caridad y servicio: “Hay tantas cosas que podemos hacer y hay una vida tan rica en nuestras familias; rica en alegría, rica en éxitos, pero también a veces rica en dolores, rica en desafíos, en problemas (…) bueno sería que, en este momento, en la familia tomará una decisión en que se van a esforzar en estos días. Vamos a procurar estar más alegres, o vamos a procurar ser más cariñosos o vamos a procurar leer juntos algún trozo de la Biblia o rezar a la Virgen María o al Señor unos Padres Nuestros, unos Ave María”.
También invitó a cumplir con los compromisos a los que la Iglesia nos invita en Semana Santa, siendo testigos del testimonio de Jesús. “Eso que hemos visto y oído, también se lo anunciamos a ustedes para que vivan en comunión entre ustedes y con el padre y con su hijo Jesucristo”. El arzobispo culminó la celebración pidiendo a Dios “que derrame su bendición sobre nosotros, Tú que eres Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén”.