Como ya es tradición, cientos de personas celebraron la Noche Buena en la Catedral Metropolitana de Santiago con la tradicional “Misa del Gallo”, que fue presidida por el Administrador Apostólico de Santiago, monseñor Celestino Aós.
En la solemne Misa de la Vigilia de la Natividad del Señor, o más conocida como la Misa del Gallo, monseñor Celestino Aós, comenzó su eucaristía con la procesión hasta el pesebre ubicado a un lado del altar de templo, hasta donde dejó la figura del Niño Jesús que ubicó a los pies de María y José, como signo del nacimiento de su Hijo.
En su homilía, señaló que “Jesús no viene en una visita de inspección ni de turismo a la Tierra. Viene con una misión, salvar a su pueblo de sus pecados (…) nuestra querida tierra llamada Chile, ha mostrado su cara sucia de violencia e incendios, de vandalismo y destrucción, de injusticia y menosprecio por aquellos que no piensan como nosotros, de agresiones y muertes, pero la Navidad, nos asegura que Dios está con nosotros. Él nos ilumina para que descubramos y desenmascaremos la mentira, la injusticia, el egoísmo y la intolerancia”.
Luego, recordando a todos quienes en estas fechas viven momentos difíciles, les exhortó que “rezando y comulgando, somos capaces de llegar donde nuestras fuerzas no alcanzan. Llegar a los pobres, a los descartados, a los que están solos en los hospitales y en las cárceles, a los que no creen en la paz. Jamás justificaremos el mal, pero a aquellos, queremos tenderles una mano en esta Navidad y una invitación a construir juntos una convivencia más fraterna, un Chile donde reine la civilización del amor”.
Estrella Leniz, señaló tras la misa que “me voy muy renovada en el amor, en la esperanza, porque creo que es eso lo que necesitamos en nuestro país, más unidad y fraternidad y no mirar mal a aquel que piensa diferente”.
Luis Galaz, en tanto, rescató el sentido y tradición de la eucaristía en Noche Buena: “Encontré la misa muy particular. Había un ambiente muy acogedor, sobre todo por lo que se está viviendo actualmente en el país. Siempre es bueno que la Iglesia haga un llamado a la paz y a la unidad. Siempre serán bien acogidas, sobre todo en momentos en que estamos tan polarizados”.