Martirio de san Juan Bautista (MO). Rojo.
Leccionario Santoral: Jer 1, 17-19; Sal 70, 1-4. 5-6. 15. 17; Mc 6, 17-29.
Prefacio propio.
LECTURA 2Tes 3, 6-10. 16-18
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica. Les ordenamos, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que lleve una vida ociosa, contrariamente a la enseñanza que recibieron de nosotros. Porque ustedes ya saben cómo deben seguir nuestro ejemplo. Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes. Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darles un ejemplo para imitar. En aquella ocasión les impusimos esta regla: el que no quiera trabajar, que no coma. Que el Señor de la paz les conceda la paz, siempre y en toda forma. El Señor esté con todos ustedes. El saludo es de mi puño y letra. Ésta es la señal característica de todas mis cartas: así escribo yo, Pablo. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes. Palabra de Dios.
Comentario: La comunidad de Tesalónica esperaba la segunda venida del Señor como algo inminente. San Pablo alerta a los suyos para que no caigan en una monotonía lacónica y romántica. La expectativa de que Jesús viene no puede reducir la vida de fe a una espera pasiva y desentendiéndose del día a día y de la sociedad.
SALMO Sal 127, 1-2. 4-5
R. ¡Feliz el que teme al Señor!
¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien. R.
¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! ¡Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida: que contemples la paz de Jerusalén! R.
ALELUIA 1Jn 2, 5
Aleluia. El amor de Dios ha llegado a su plenitud, en aquél que cumple la palabra de Cristo. Aleluia.
EVANGELIO Mt 23, 27-32
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús habló diciendo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre! Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos, diciendo: «Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas»! De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres! Palabra del Señor.
Comentario: Al criticar el legalismo en el que habían caído los fariseos, Jesús no es que esté en contra de la Ley, sino contra aquellos que, amparándose en ella, buscan burlar sus profundas exigencias; es decir, los fariseos borran con el codo lo que firman con la mano. Por eso los llama “sepulcros blanqueados”, porque no son capaces de mover con un dedo lo que ellos mismos exigen a los demás.