Queridos hermanos, celebrar la 58a Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el domingo 12 de mayo, solemnidad de la Ascensión del Señor, nos ayuda a centrarnos de manera renovada en el sentido más genuino de nuestra vida apostólica como Paulinos, junto a la de nuestras hermanas Hijas de San Pablo.
La comunicación de hoy, nos recuerda el Papa Francisco en su mensaje, está “cambiando radicalmente” nuestras vidas. Es la inteligencia artificial generativa la que nos muestra nuevas oportunidades y potencialidades aún
poco conocidas. Fascina y desorienta; nos plantea innumerables preguntas.
También ella pertenece a ese mundo en continua “metamorfosis”, o cambio radical, que habitamos junto con la humanidad y que también nos interpela en cuanto a nuestra misión. Estamos involucrados en la comunicación tecnológica pero al mismo tiempo no podemos olvidar que es necesario «crecer juntos, en humanidad y como humanidad. El desafío que tenemos ante nosotros es dar un salto de calidad para estar a la altura de una sociedad compleja, multiétnica, pluralista, multireligiosa y multicultural. Nos corresponde a nosotros cuestionarnos sobre el desarrollo teórico y el uso práctico de estos nuevos instrumentos de comunicación y conocimiento».
En este contexto existencial de comunicación digital, no hay que olvidar el testimonio del Venerable Maggiorino Vigolungo que nació el 6 de mayo de 1904. Hablamos de hace 120 años, de otra época, pero su vida es actual. No sólo siguió las huellas del Beato Giacomo Alberione, sino que donó su vida por el apostolado paulino, seguro de que en esta llamada de Dios estaba la belleza de su camino de santidad.
Nos anima a vivir con fe y entusiasmo como apóstoles comunicadores, él que, siempre a la luz del mensaje del Papa Francisco, vivió con corazón sabio: «Esta sabiduría del corazón se deja encontrar por quien la busca y se deja ver por quien la aman; previene a quien la desea y busca a quien es digno. Está con quien acepta consejos, con quien tiene un corazón dócil, un corazón que escucha. Ella es un don del Espíritu Santo, que permite ver las cosas con los ojos de Dios, comprender los nexos, las situaciones, los acontecimientos y descubrir su sentido. Sin esta sabiduría, la existencia se vuelve insípida, porque es precisamente la sabiduría –cuya raíz latina el conocimiento la une al sabor– la que da sabor a la vida».
A todos, una buena Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
Roma, 6 de mayo de 2024.
120° aniversario del nacimiento del Ven. Maggiorino Vigolungo
Don Doménico Sóliman
Superior general