San Marcos, ev (F). Rojo.
Gloria. Prefacio de Apóstoles II.
Reseña: En el Nuevo Testamento lo encontramos sea con el nombre de Juan (hebreo); como de Marcos (romano) o de Juan Marcos. Hijo de una tal María, en cuya casa de Jerusalén se reúnen los primeros cristianos. Es llamado el “intérprete de Pedro”, ya que sin conocer a Jesús, escribe su evangelio según escucha de Pedro. Marcos trabajará además con Pablo, al que conoce en el año 44, y con Bernabé. Luego de algunos desencuentros vuelve a estar junto a Pablo, encarcelado en Roma. No se sabe con certeza, si murió de muerte natural o si fue martirizado hacia el año 68.
LECTURA 1Ped 5, 5-14
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro.
Queridos hermanos: Que cada uno se revista de sentimientos de humildad para con los demás, porque Dios se opone a los orgullosos y da su ayuda a los humildes. Humíllense bajo la mano poderosa de Dios, para que él los eleve en el momento oportuno. Descarguen en él todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes. Sean sobrios y estén siempre alerta, porque su enemigo, el demonio, ronda como un león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanle firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos dispersos por el mundo padecen los mismos sufrimientos que ustedes. El Dios de toda gracia, que nos ha llamado a su gloria eterna en Cristo, después que hayan padecido un poco, los restablecerá y confirmará, los hará fuertes e inconmovibles. ¡A él sea la gloria y el poder eternamente! Amén. Les escribo estas palabras por medio de Silvano, a quien considero un hermano fiel, para exhortarlos y atestiguar que ésta es la verdadera gracia de Dios: permanezcan adheridos a ella. La Iglesia de Babilonia, que ha sido elegida como ustedes, los saluda, lo mismo que mi hijo Marcos. Salúdense los unos a los otros con un beso de amor fraternal. Que descienda la paz sobre ustedes, los que están unidos a Cristo. Palabra de Dios.
Comentario: La carta exhorta a resistir firmes en la fe en medio de las persecuciones. El testimonio de tantos hermanos y hermanas que no reniegan de la fe ni en los peores momentos, es un aliento para todos los creyentes.
SALMO Sal 88, 2-3. 6-7. 16-17
R. Cantaré eternamente tu amor, Señor.
Cantaré eternamente el amor del Señor, proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones. Porque tú has dicho: “Mi amor se mantendrá eternamente, mi fidelidad está afianzada en el cielo”. R.
El cielo celebre tus maravillas, Señor, y tu fidelidad en la asamblea de los santos, porque, ¿quién es comparable al Señor en las alturas? ¿Quién es como el Señor entre los hijos de Dios? R.
¡Feliz el pueblo que sabe aclamarte! Ellos caminarán a la luz de tu rostro; se alegrarán sin cesar en tu nombre, serán exaltados a causa de tu justicia. R.
ALELUIA 1Cor 1, 23. 24
Aleluia. Nosotros predicamos a un Cristo crucificado, fuerza y sabiduría de Dios. Aleluia.
EVANGELIO Mc 16, 15-20
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
En aquel tiempo, Jesús se apareció a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará. El que no crea se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán demonios en mi nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán”. Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban. Palabra del Señor.
Comentario: El texto nos recuerda que Jesús permanece en medio de la comunidad en todo momento. Esta presencia del resucitado es la que anima a continuar anunciando la Buena noticia ante toda circunstancia.