San Antonio de Padua, p. y d. (MO). Blanco.
Leccionario Santoral: Is 61, 1-3; Sal 88, 2-5. 21-22. 25. 27; Lc 10, 1-9.
Reseña: Nace en Lisboa (Portugal) en el año 1195, bautizado con el nombre de Fernando. Estudiando en Coimbra, ve llegar los cuerpos martirizados de cinco franciscanos. Impresionado, pide ingresar con los franciscanos, cambiando su nombre por el de Antonio. Lo envían a Marruecos, de donde regresa enfermo, pero una tempestad lleva su barco a Italia, donde san Francisco le dice: “Tu misión es la de predicador”. Ordenado sacerdote, su palabra arrastra porque vive cuanto predica. Establecido en Padua, pasa a la eternidad el 13 de junio del año 1231. Así, Fernando de Lisboa llega a ser Antonio de Padua.
Lectura 2Cor 1,18-22
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Les aseguro, por la fidelidad de Dios, que nuestro lenguaje con ustedes no es hoy «sí», y mañana «no». Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, el que nosotros hemos anunciado entre ustedes –tanto Silvano y Timoteo, como yo mismo– no fue «sí» y «no», sino solamente «sí». En efecto, todas las promesas de Dios encuentran su «sí» en Jesús, de manera que por Él decimos «Amén» a Dios, para gloria suya. Y es Dios el que nos reconforta en Cristo, a nosotros y a ustedes; el que nos ha ungido, el que también nos ha marcado con su sello y ha puesto en nuestros corazones las primicias del Espíritu. Palabra de Dios.
Comentario: Pablo se defiende apelando al testimonio de Cristo Jesús, el cual dirige sus pasos e ilumina sus decisiones. La fórmula “es Cristo quien vive en mí” es el patrón de conducta que mantuvo con la comunidad y construyó a partir de la sencillez y sinceridad que Dios pide. ¡Cuántas actitudes hermosas y cristianas se pueden realizar teniendo a Cristo como modelo de conducta!
SALMO Sal 118, 129-133. 135
R. ¡Vuelve tu rostro y ten piedad de mí, Señor!
Tus prescripciones son admirables: por eso las observo. La explicación de tu palabra ilumina y da inteligencia al ignorante. R.
Abro mi boca y aspiro hondamente, porque anhelo tus mandamientos. Vuelve tu rostro y ten piedad de mí; es justo que lo hagas con los que aman tu Nombre. R.
Afirma mis pasos conforme a tu palabra, para que no me domine la maldad. Que brille sobre mí la luz de tu rostro, y enséñame tus preceptos. R.
ALELUIA Mt 5, 16
Aleluia. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que los hombres vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo. Aleluia.
EVANGELIO Mt 5, 13-16
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres. Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en el cielo. Palabra del Señor.
Comentario: La sal en el mundo judío significaba la sabiduría. Los cristianos poseen la verdadera sabiduría: el evangelio; pero también son la luz del mundo, que en la medida que estén identificados con Cristo, sabrán dar testimonio de él. Su sola presencia tiene que ser signo del Reino de Dios.