Leccionario Santoral: Is 61, 9-11; [Sal] 1Sam 2, 1. 4-8; Lc 2, 41-51.
Prefacio de la santísima Virgen María.
Reseña
San Juan Eudes, hacia el año 1643, comenzó a celebrar la fiesta litúrgica del Inmaculado Corazón de María en sus dos congregaciones, los eudistas, y las hermanas del Buen Pastor. En el año 1668 se propagó por Francia. En el año 1944 Pío XII extendió la fiesta a toda la Iglesia, como perenne recuerdo de la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María, hecha en el año 1942. María custodiaba en su corazón las palabras y los misterios de salvación realizados en su Hijo. Así María, morada privilegiada del Espíritu Santo, se hizo imagen y modelo de la Iglesia, que escucha y testimonia el mensaje salvador del evangelio. San Juan Eudes, en sus escritos y discursos, promocionó a la vez ambas fiestas del Corazón de Jesús y de María, subrayando la unión profunda de la madre con el Hijo de Dios hecho carne, cuyo corazón latió durante nueve meses al ritmo del corazón de su Madre. La reflexión sobre los misterios que vivía, ayudaba a María a descubrir la voluntad de Dios en la oración y el silencio. Ella nos enseña a reflexionar y orar sobre los acontecimientos de la vida cotidiana, para descubrir en ellos a Dios-Amor que se manifiesta en nuestra historia.
Lectura del libro de Tobías.
Tobit llamó a su hijo Tobías y le dijo: «Hijo mío, ya es hora de pagarle lo convenido a tu compañero, agregando incluso algo más». Tobías llamó a su compañero y le dijo: «Toma en pago la mitad de lo que has traído, y vete en paz». Entonces Rafael llamó aparte a los dos y les dijo: «Bendigan a Dios, y celébrenlo delante de todos los vivientes por los bienes que Él les ha concedido, para que todos bendigan y alaben su Nombre. Hagan conocer debidamente a todos los hombres las obras de Dios y nunca dejen de celebrarlo. Es bueno mantener oculto el secreto del rey, pero las obras de Dios hay que revelarlas y publicarlas como es debido. Practiquen el bien, y así el mal nunca los dañará. La oración con el ayuno y la limosna con la justicia valen más que la riqueza con la iniquidad. Vale más hacer limosna que amontonar oro. La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna gozarán de una larga vida. Los que pecan y practican la injusticia son enemigos de su propia vida. Voy a decirles toda la verdad, sin ocultarles nada. Ya les dije que es bueno mantener oculto el secreto del rey y revelar dignamente las obras de Dios. Cuando tú y Sara hacían oración, era yo el que presentaba el memorial de sus peticiones delante de la gloria del Señor; y lo mismo cuando tú enterrabas a los muertos. Cuando no dudabas en levantarte de la mesa, dejando la comida para ir a sepultar un cadáver, yo fui enviado para ponerte a prueba. Pero Dios también me envió para sanarte a ti y a tu nuera Sara. Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia. Por eso, bendigan al Señor sobre la tierra y celebren a Dios. Ahora subo a Aquel que me envió. Pongan por escrito todo lo que les ha sucedido». Y en seguida se elevó.
Palabra de Dios.
Comentario: Rafael se da a conocer como aquel que, en nombre de Dios, acompañó a Tobías en las vicisitudes de su vida. Ahora lo invita a bendecir a Dios y a proclamarlo por los bienes recibidos. Es el desenlace final del libro de Tobías, que es como una novela que enseña a enfrentar, con fe, todas las dificultades de la vida cotidiana.
R. ¡Bendito sea Dios, que vive eternamente!
Él castiga y tiene compasión, hace bajar hasta el Abismo y hace subir de la gran Perdición, sin que nadie escape de su mano. R.
Miren lo que ha hecho con ustedes y celébrenlo en alta voz. Bendigan al Señor de la justicia y glorifiquen al Rey de los siglos. R.
Yo lo celebro en el país del destierro, y manifiesto su fuerza y su grandeza a un pueblo pecador. Glorifiquen al Rey de los siglos. R.
¡Conviértanse, pecadores, y practiquen la justicia en su presencia! ¡Quién sabe si él no les será favorable y tendrá misericordia de ustedes! R.
ALELUYA Mt 5, 3
Aleluya. Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Aleluya.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús enseñaba a la multitud: «Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Éstos serán juzgados con más severidad». Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces Él llamó a sus discípulos y les dijo: «Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir».
Palabra del Señor.
Comentario: Más que la cantidad vale la calidad de lo entregado. Jesús valora la actitud de la pobre viuda que daba cuanto tenía para vivir; en cambio, observa a quienes exhiben grandes donaciones, pero reflejan falsedad y malicias.