Desde diversos puntos de la Vicaría de La Serena, acudieron los fieles al tradicional encuentro en el templo San Agustín, frente a la icónica Recova. A las 16:00 horas se dio inicio a la santa Eucaristía, presidida por el arzobispo René Rebolledo Salinas, sacerdotes, diáconos y numerosos fieles.
Finalizada la celebración, se inició la procesión por las céntricas calles de la ciudad colonial, retornando al mismo templo. A los sones de la banda instrumental del Regimiento 21° Coquimbo, entonando el himno nacional y el saludo de los fieles con pañuelos blanco a la Virgen Santa y el sonar de tambores de los bailes religiosos, con gran emoción los fieles saludaron a la Virgen, también acudiendo a ella: “Virgen del Carmen Reina de Chile ¡Salva a tu pueblo que clama a ti!”.
Como en cada 16 de julio, también este año asistieron delegaciones de las Fuerzas Armadas. La delegación de Carabineros de Chile, fue encabezada por el general Juan Muñoz Montero, que también tuvo activa participación en la liturgia leyendo la primera lectura bíblica, mientras representantes de la Armada de Chile y Policía de Investigaciones, como también de Carabineros presentaron las súplicas al Señor. El Regimiento 21° Coquimbo, acompañó la sagrada imagen en la guardia de honor.
“La Virgen del Carmen siempre ha sido una guía y protectora en mi vida, y poder rendirle homenaje junto a mi comunidad me llenó de alegría y esperanza”, expresó María Angélica Pizarro de la comunidad Cristo Resucitado de Tierras Blancas, quien, con pañuelo blanco, vivió con fervor y emoción la celebración. Roberto Rojas, quien también fue parte de la Eucaristía y procesión, manifestó sentirse feliz por ser parte de esta celebración: “La devoción y el amor que sentimos por la Virgen del Carmen es inmensa. Al estar rodeado de tantos hermanos y hermanas en la fe, sentí la presencia viva de nuestra Madre Celestial”.
En la procesión, acompañó también el Obispo Auxiliar, Mons. Enrique Balzan Caruana, quien por la mañana presidió la santa Eucaristía en la comunidad de Nuestra Señora del Pilar, en la Herradura de Coquimbo: “Ver a los fieles reunidos con esperanza y alegría, nos recuerda el inmenso amor de nuestra Madre celestial. En esta festividad hemos renovado nuestro compromiso de seguir sus enseñanzas y vivir bajo su manto protector”.
En diferentes puntos de la Arquidiócesis, la comunidad vivió con fervor las celebraciones en honor a Nuestra Señora del Carmen. En la parroquia “San José” de Algarrobito, tras varios años, se retomó esta tradicional festividad con una emotiva Eucaristía presidida por el P. Marcelo Gálvez, quien no solo ofició la misa, sino que también acompañó la procesión junto al baile religioso de la comunidad, reviviendo así una devoción que une y fortalece los lazos de fe entre los feligreses.
En Punitaqui, la jornada comenzó con la santa Misa, presidida por el Pbro. José Pérez Valencia, quien destacó la importancia de valorar el amor de María en el momento de la crucifixión y de llevarla a nuestros hogares, tal como lo hizo el Apóstol San Juan. Tras la Eucaristía, los feligreses participaron en una emotiva procesión que recorrió el trayecto desde la sede parroquial hasta el templo de “Pueblo Viejo. La celebración, marcada por la devoción, culminó con un agradecimiento a todos los participantes por su compromiso y entrega.
La celebración del 16 de julio en honor a “Nuestra Señora del Carmen” fue una manifestación vibrante de fe y devoción en toda la Arquidiócesis de La Serena. Las comunidades se unieron con alegría y esperanza, reafirmando su compromiso con los valores de amor y protección que la Virgen del Carmen nos enseña. Desde la procesión en el templo “San Agustín” hasta las emotivas celebraciones en Algarrobito y Punitaqui, la jornada destacó por la presencia fervorosa de los fieles, quienes junto a la comunidad renovaron su devoción y promesas bajo el manto protector de nuestra Madre Celestial.
Las palabras de los asistentes y la solemnidad nos invitan a seguir viviendo con esperanza y a mantener viva la llama de la fe en cada rincón de nuestra Arquidiócesis.