Beata Laura Vicuña, v. (ML). Blanco.
San Vicente, di. y mr. (ML). Rojo.
Semana 3ª del Salterio.
LECTURA 2Sam 5, 1-7. 10
Lectura del segundo libro de Samuel.
Todas las tribus de Israel se presentaron a David en Hebrón y le dijeron: «¡Nosotros somos de tu misma sangre! Hace ya mucho, cuando aún teníamos como rey a Saúl, eras tú el que conducía a Israel. Y el Señor te ha dicho: “Tú apacentarás a mi pueblo Israel y tú serás el jefe de Israel”». Todos los ancianos de Israel se presentaron ante el rey en Hebrón. El rey estableció con ellos un pacto en Hebrón, delante el Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel. David tenía treinta años cuando comenzó a reinar y reinó cuarenta años. En Hebrón reinó siete años y seis meses sobre Judá, y en Jerusalén, treinta y tres años sobre todo Israel y Judá. El rey avanzó con sus hombres sobre Jerusalén, contra los jebuseos que habitaban en el país. Pero estos dijeron a David: no entrarás aquí. Los ciegos y los inválidos bastarán para impedírtelo». Con esto querían decir: «David nunca podrá entrar aquí». Sin embargo, David conquistó la fortaleza de Sión, es de la Ciudad de David. Así David se iba engrandeciendo cada vez más, y el Señor, el Dios de los ejércitos, estaba con él. Palabra de Dios.
Comentario: El pacto entre el rey y el pueblo tiene su legitimidad, ya que implica una serie de derechos y deberes por ambas partes. Con David queda sellada la conquista y la unificación política de los reinos del sur y del norte. El pueblo de Israel goza de seguridad y continúa su itinerario como paradigma y fuente de salvación de todos los pueblos de la tierra.
SALMO Sal 88, 20-22. 25-26
R. Mi fidelidad y mi amor lo acompañarán.
Tú hablaste una vez en una visión y dijiste a tus amigos: «Impuse la corona a un valiente, exalté a un guerrero del pueblo». R.
Encontré a David, mi servidor, y lo ungí con el óleo sagrado, para que mi mano esté siempre con él y mi brazo lo haga poderoso. R.
Mi fidelidad y mi amor lo acompañarán, su poder crecerá a causa de mi Nombre: extenderé su mano sobre el mar y su derecha sobre los ríos. R.
ALELUIA Cf. 2Tim 1, 10
Aleluia. Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte e hizo brillar la vida, mediante la Buena Noticia. Aleluia.
EVANGELIO Mc 3, 22-30
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Los escribas que habían venido de Jerusalén decían acerca de Jesús: «Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los demonios». Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: «¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás? Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir. Y una familia dividida tampoco puede subsistir. Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin. Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa. Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre». Jesús dijo esto porque ellos decían: «Está poseído por un espíritu impuro». Palabra del Señor.
Comentario: Jesús deja en claro dos cosas: su poder viene de Dios, ya que lucha contra las fuerzas del mal; segundo, acusa a los letrados como verdaderos blasfemos, puesto que pudiendo constatar sus milagros no se lo reconocen; por tanto, pecan contra el Espíritu Santo, cerrándose a la manifestación liberadora de Dios.