Siempre es deseable un regalo, sobre todo cuando viene de alguien que nos ama y al que amamos.
También es verdad que en ocasiones hay regalos que nos decepcionan porque no eran lo que esperábamos. Y también nos sucede que regalos que anhelábamos profundamente, una vez obtenidos, y con el paso del tiempo, quedan olvidados en nuestros closet, garajes o en el patio.
¡Hay regalos y regalos! La verdad es que no hay “cosa” capaz de satisfacer plenamente y para siempre el alma humana. Cuántos pesares nos ahorraríamos si advirtiéramos esto.
Este pequeño y sencillo texto que te presentamos no tiene otra pretensión que ayudarte a descubrir “Aquel” regalo capaz renovar permanentemente tú vida.
San Agustín, al convertirse expresó: “Tarde te halle, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te halle, te busca en las cosas y a ellas me abrazaba pues tenían la impronta e tu ser, y tú estabas dentro de mi…”
Es verdad, el regalo capaz de satisfacer tu vida está dentro de ti, y te fue dado el día de tu bautismo. El Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Trinidad habita en ti, Dios mismo presente en tu alma a través de la Gracia.
Este Don opera en ti, haciéndole presente a tu corazón que no hay cosa en esta vida que lo pueda saciar de modo permanente y pleno. Y si lo dejas que actúe lo podrás experimentar. Nada le faltará a tu vida. Es lo que experimentó san Agustín, san Pablo, los mártires, por eso renunciaron a los regalos de este mundo.
Te invito a experimentar de modo simple y sencillo los regalos del Espíritu Santo, para que tengas vida y la tengas en abundancia.
Esta pequeña obra te quiere invitar a conocer y experimentar “los regalos del Espíritu Santo”: Sus dones, frutos, gracias, ministerios, carismas, etc…
Si tú tomas conciencia de los regalos que Dios te da, los querrás y los estimarás. Y verás tu vida renovada.
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Hermoso texto