Desde mucho antes que llegaran los conquistadores a Chile, este lugar es venerado por los aborígenes con el nombre de “Tupahue”, que significa “Lugar de Dios”.
Un tiempo después de la fundación de la ciudad de Santiago, se coloca allí una cruz de 10 mts. de alto, la cual permanece hasta finales del siglo XIX. El 22 de noviembre de 1903, el Sacerdote José Alejo infante, propone al Arzobispado la construcción de un Santuario mariano para conmemorar el 50º aniversario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, idea que es aprobada por el entonces Arzobispo, monseñor Mariano Casanova.
El terreno es donado por las comunidades de la Recoleta Dominica y las Carmelitas de santa Teresa.
La primera piedra es colocada el 8 de diciembre de 1904. El santuario es inaugurado el 26 de abril de 1908.
La imagen de la Virgen mide 14m de alto y el pedestal en el cual se posa, que es una pequeña capilla, mide 8,30m. Es obra del arquitecto francés Eugenio Joannon.
El modelo de la imagen pertenece al escultor italiano ignazio Jacometti, y es similar a la que se encuentra en la Plaza España en Roma. Además, es construida en hierro fundido por la Fundición Val D’Osne, de París, mediante gestiones del embajador en Francia, Enrique Salvador Sanfuentes.
A los pies de la imagen, se ubica un anfiteatro para celebrar misa u otro oficio religioso. A un costado se encuentra una capilla consagrada a la Maternidad de Santa María Virgen, decorada por esculturas y frescos realizados por el artista alemán Peter Hörn.
El papa Juan Pablo II, el 1 de abril de 1987, bendice, desde este lugar, la ciudad de Santiago.