Prefacio de Navidad I, II o III.
LECTURA 1Jn 2, 18-21
Lectura de la primera carta de san Juan. Hijos míos, ha llegado la última hora. Ustedes oyeron decir que vendría un Anticristo; en realidad, ya han aparecido muchos anticristos, y por eso sabemos que ha llegado la última hora. Ellos salieron de entre nosotros; sin embargo, no eran de los nuestros. Si lo hubieran sido, habrían permanecido con nosotros. Pero debía ponerse de manifiesto que no todos son de los nuestros. Ustedes recibieron la unción del que es Santo, y todos tienen el verdadero conocimiento. Les he escrito, no porque ustedes ignoren la verdad, sino porque la conocen, y porque ninguna mentira procede de la verdad. Palabra de Dios.
Comentario: El relato describe la centralidad de la figura de Jesús y su trascendencia en tiempos difíciles. A Cristo se opone el “anticristo”, aquel que representa la negación de Cristo y su verdad. En efecto, estos tiempos difíciles se caracterizan por la incredulidad y también por negar la existencia de Dios. Pero los que confiesan de corazón su fe podrán resistir a todo lo que no es Dios.
SALMO Sal 95, 1-2. 11-13
R. ¡Alégrese el cielo y exulte la tierra!
Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su Nombre, día tras día, proclamen su victoria. R.
Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él; regocíjese el campo con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque. R.
Griten de gozo delante del Señor, porque Él viene a gobernar la tierra: Él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad. R.
ALELUIA Jn 1, 14. 12
Aleluia. La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. A todos los que la recibieron les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Aleluia.
EVANGELIO Jn 1, 1-18
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de Él, al declarar: «Éste es Aquél del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo». De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Dios Hijo único, que está en el seno del Padre. Palabra del Señor.
Comentario: Jesús es la Palabra que viene al mundo, pero no todos la acogen y aceptan. Sin embargo, por medio de la fe, pasamos a ser hijos de Dios. Ahora la comunidad creyente contempla en Jesús la gloria de Dios, su poder, su bondad y su misericordia divina.
1 Comment
“De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia”
Te haces hombre. Bajas a nosotros y te vistes de debilidad de nuestra carne. Palabra eterna, te adaptas al silencio de la entraña de María y te constituyes en cabeza de una nueva humanidad.
Tú eres vida, gracia, bendición, amor y paz. De ti y por ti, recibe el hombre salvación y vida de Dios. ¡No hay otra fuente!
Me siento feliz y asegurado. ¡Qué grande eres, Señor! Pero al mismo tiempo me pregunto: ¿Vivo esta gracia tan liberadora, gratificante y amorosa?, o ¿solamente escribo palabras de comentario?
El Verbo se hizo carne y por él recibo cordialmente gracia sobre gracia.
Quiero vivir este día en acción de gracias al Señor.