Leccionario Santoral: 1Cor 9, 16-19. 22-23; Sal 116, 1-2; Mc 16, 15-20.
LECTURA Is 26, 1-6
Lectura del libro de Isaías.
Aquel día, se entonará este canto en el país de Judá: Tenemos una ciudad fuerte, el Señor le ha puesto como salvaguardia muros y antemuros. Abran las puertas, para que entre una nación justa, que se mantiene fiel. Su carácter es firme, y Tú la conservas en paz, porque ella confía en ti. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna. Él doblegó a los que habitaban en la altura, en la ciudad inaccesible; la humilló hasta la tierra, le hizo tocar el polvo. Ella es pisoteada por los pies del pobre, por las pisadas de los débiles. Palabra de Dios.
Comentario: Isaías vaticina lo que será el pueblo de Israel y que Dios se manifestará en su providencia protectora; es decir, para Judá no hay otra salvación, liberación y protección que el propio Dios. Por eso que el Profeta siempre apela a que el Pueblo mantenga su fidelidad y confianza en Dios, porque nunca lo defraudará.
SALMO Sal 117, 1. 8-9. 19-21. 25-27
R. ¡Bendito el que viene en Nombre del Señor!
¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres; es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los poderosos. R.
«Abran las puertas de la justicia y entraré para dar gracias al Señor». «Ésta es la puerta del Señor: sólo los justos entran por ella». Yo te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. R.
Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad. ¡Bendito el que viene en Nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: el Señor es Dios, y Él nos ilumina. R.
ALELUIA Is 55, 6
Aleluia. Busquen al Señor mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está cerca. Aleluia.
EVANGELIO Mt 7, 21. 24-27
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: No son los que me dicen: «Señor, Señor», los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero ésta no se derrumbó, porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: ésta se derrumbó, y su ruina fue grande. Palabra del Señor.
Comentario: Discernir cuáles son los verdaderos profetas y hombres de Dios no es tarea fácil. Pero Jesús nos da una clave: que nos fijemos en los frutos de quienes vienen en su nombre. Porque no es únicamente enseñar la recta doctrina, sino también la práctica de la caridad: “cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo”.
2 Comments
Señor, Tú viniste hace más de dos mil años, te hiciste hombre, como nosotros, bajaste hasta nosotros, tan solo para decirnos: ¡Señores, hay un solo camino en la vida!
Sigo pensando que si de veras los hombres nos decidiéramos a vivir tu Evangelio, no solo quedarnos con la rica experiencia de la lectura, seguro vería por la calle más caras sonrientes, vería gente con ganas de construir, y no tan solo gente que opina y critica desde la pasividad.
Gracias, Señor, que me das la oportunidad de llevar tu Palabra a la gente.
Qué maravillosa sería la vida, si todas las personas que nos decimos cristianos VIVIERAMOS el Evangelio!!