Leccionario Santoral: Rom 8, 22-27; Sal 18, 8-11; Jn 15, 1-8
LECTURA Ef 1, 1-10
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.
Pablo, Apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, saluda a los santos que creen en Cristo Jesús. Llegue a ustedes la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en Él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido. En Él hemos sido redimidos por su sangre y hemos recibido el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia, que Dios derramó sobre nosotros, dándonos toda sabiduría y entendimiento. Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad, conforme al designio misericordioso que estableció de antemano en Cristo, para que se cumpliera en la plenitud de los tiempos: reunir todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo una sola Cabeza, que es Cristo. Palabra de Dios.
Comentario: Pablo se presenta como “elegido” por Dios y desea a todos la “gracia y la paz”. Sin embargo, nos hace tomar conciencia de nuestro llamado personal, en Jesucristo, desde antes de la creación del mundo. ¿Somos conscientes de que Dios llama y espera nuestra respuesta?
SALMO Sal 97, 1-6
R. ¡El Señor manifestó su victoria!
Canten al Señor un canto nuevo, porque Él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria. R.
El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: se acordó de su amor y su fidelidad en favor del pueblo de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios. Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos. R.
Canten al Señor con el arpa y al son de instrumentos musicales; con clarines y sonidos de trompeta aclamen al Señor, que es Rey. R.
ALELUIA Jn 14, 6
Aleluia. «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí», dice el Señor. Aleluia.
EVANGELIO Lc 11, 47-54
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a los fariseos y a los doctores de la Ley: «¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado! Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros. Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: “Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos”. Así se pedirá cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo: desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto. ¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden». Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación. Palabra del Señor.
Comentario: Lucas culmina aquí las recriminaciones de Jesús a los dirigentes religiosos. Su intención es mostrarles sus falsas prácticas y advertirles que además están cerrando las puertas de la fe a muchos. ¿Cómo vivimos nuestra fe? ¿Congrega o dispersa? Señor, gracias por llamarnos a comunicar tu palabra de alegría y esperanza.
1 Comment
“(Dios) nos ha elegido en él (Cristo)”
No fuiste elegido ayer y olvidado a media noche.
Hoy eres el elegido del Padre en la persona de Cristo. En el corazón de Dios no existe el ayer. En el eterno hoy de su misterio tú eres ahora su pensamiento vivo.
Te lo digo con palabra más sencilla: Hoy Dios te elige, te llama, te bendice, te ama, te santifica, te espera, te mira. Estos verbos son fuego de Dios para ti, revelación personal del plan de su amor por ti.
Pablo manifiesta un secreto realmente insospechable.
Medítalo. Goza sin miedo. Expláyate con libertad… Vive la experiencia del amor de Dios.
¡Eres pequeño, pero… amado de Dios!