Gloria. Credo. Prefacio propio.
Concluye el Mes de María.
Lectura del libro del Génesis.
Después que el hombre y la mujer comieron del árbol que Dios les había prohibido, el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?». «Oí tus pasos por el jardín», respondió él, «y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí». Él replicó: «¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que yo te prohibí?». El hombre respondió: «La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él». El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Cómo hiciste semejante cosa?». La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí». Y el Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón». El hombre dio a su mujer el nombre de Eva, por ser ella la madre de todos los vivientes. Palabra de Dios.
Comentario: El relato nos lleva a reconocer una serie de sentimientos: temor, vergüenza, culpa, etcétera. A su vez, el hombre se excusa y culpa a la mujer y esta última lo culpa a él. Sin embargo, la culpa no excluye el juicio de Dios, pero no para condenar al hombre y a la mujer, sino para que se hagan responsables de sus actos. Porque cada vez que pecamos nos privamos de esa cuota de «armonía» espiritual que es permanecer en la presencia de Dios: la vida sumida en el mal amplía en cada uno la sombra de muerte.
R. Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas.
Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria. R.
El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: se acordó de su amor y su fidelidad en favor del pueblo de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios. Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos. R.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido. En él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano –según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad– a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para alabanza de su gloria. Palabra de Dios.
Comentario: Este himno religioso comienza bendiciendo a Dios por medio de los hombres, ya que él, anteriormente, había derramado sus bendiciones sobre la humanidad. Pero la bendición debía ser perfeccionada por la persona de Jesús. Así, san Pablo acredita que Dios ha escogido al hombre, porque le interesa y desea que se santifique individualmente, a través de una comunidad.
Aleluia. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relación con ningún hombre?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu Palabra». Y el Ángel se alejó. Palabra del Señor.
Comentario: Las palabras del Ángel confirman el gran poder de Dios. Con el advenimiento del Hijo de Dios, María representa a la humanidad que se mantiene abierta al misterio de Dios y está a la expectativa de la Buena Noticia que es Jesús. Pero, al mismo tiempo, María es la realidad de todo hombre y mujer que se siente enriquecido por la presencia de Dios.
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Gloria y honor a ti Señor Jesús… 🙏💟✝️